
Los países del sudeste asiático suponen una oportunidad de negocio para las pymes españolas por su potencial de crecimiento y por la existencia de sistemas bancarios sólidos, un bajo endeudamiento público y un rápido crecimiento de la productividad, por encima de países como la India, Brasil y México.
Ésta es una de las conclusiones del estudio 'La presencia empresarial en el Sudeste Asiático', un documento elaborado por el Real Instituto Elcano con un enfoque práctico que ofrece recomendaciones para las compañías nacionales interesadas en ese mercado.
"Es una región relativamente desconocida para las pymes. Para fomentar el conocimiento de esta región, en 2013 creamos un grupo de trabajo en el que colaboraron el Ministerio de Asuntos Exteriores, el ICEX y las empresas que forman parte de nuestro patronato", relata el director del Real Instituto el Cano, Charles Powell.
Para el coordinador del trabajo, Mario Esteban, el desconocimiento de las oportunidades que ofrecen estos países ha sido hasta ahora uno de los principales factores que han frenado a las empresas españolas.
La consultora PWC señala que el Sudeste Asiático es una de las regiones económicamente más significativas y dinámicas del planeta y, si se suma el PIB de los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), se situaría como la séptima mayor economía del mundo y escalaría hasta la cuarta posición en 2050.
"Es una región con gran dinamismo que no ha sido suficientemente aprovechada por el mercado español si tenemos en cuenta nuestras relaciones comerciales y la comparamos con otras regiones de nuestro entorno, como Alemania, Francia o Italia", advierte Esteban.
Según el V Índice Elcano de Riesgos y Oportunidades para la economía española, ningún país de la Asean se encuentra entre los 35 países con los que España mantiene mayores relaciones económicas.
La inversión directa española en la zona se caracteriza por ser "inconsistente y con bajos niveles" según refleja el estudio. En la última década, el principal país receptor fue Malasia, con el 50 % de la inversión. El 70 % de ella fue a parar al sector financiero.
Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB de la zona se va a duplicar en esta década, y más de 120 millones de personas se sumarán a la clase media de estos países, lo que aumentará sustancialmente su demanda privada y pública de bienes y servicios del exterior.
"Tenemos una ventaja competitiva, porque a medida que se acelera el ingreso per cápita, lo que esta población va a consumir se parece mucho a lo que exportamos nosotros. No habrá que cambiar el chip de lo que producimos, sólo habrá que cambiar de destino", comenta el economista jefe de análisis transversal de economías emergentes de BBVA Research, Álvaro Ortiz.
El informe señala que, además de bienes de consumo, en Indonesia, Filipinas y Vietnam existen planes para mejorar las infraestructuras, la sanidad y la gestión medioambiental y para explotar sus amplios recursos naturales. Además, Singapur, Malasia y Tailandia ofrecen oportunidades en los sectores financiero, logístico, de renovables y de gestión medioambiental.
"Es un mercado muy heterogéneo, la diferencia de recursos es muy importante, pero hay necesidades comunes de mejora de infraestructuras de transporte, de energía y telecomunicaciones", confirma el director de relaciones internacionales de Indra, Juan Socias.
En este sentido, el director de relaciones internacionales de OHL, Juan Luis González-Cebrián, destaca que hay necesidades que estos países no pueden cubrir con sus propios recursos mientras que las empresas españolas pueden aportar tecnología, innovación y 'know how'.
"Son mercados que nos resultan muy complicados porque a los empresarios chinos, japoneses o coreanos les resultan familiares, por lo que estudiamos la posibilidad de ir conjuntamente con empresas de esos países", indica.