
Rusia estaría dispuesta a considerar la posibilidad de ayuda financiera a Grecia. Lo dijo el viernes el viceprimer ministro ruso antes de las conversaciones entre Tsipras y Putin. Finalmente, en contra de todas las apuestas, el Kremlin informó de que los dos mandatarios no hablaron del apoyo económico en su reunión. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se ha distanciado de muchos de los dirigentes europeos durante los últimos meses de negociaciones que han ido empujando a Grecia más y más cerca de la salida del euro. Pero hay lugares donde todavía se siente cómodo, y uno de ellos es Rusia.
Tsipras voló a San Petersburgo el jueves para participar en el Foro Económico Internacional, la conferencia anual de negocios más grande de Rusia, donde el viernes se reunió con otro líder con experiencia en poner a prueba la paciencia de la Unión Europea: el presidente Vladimir Putin. Mientras su país volvía a encallarse en las negociaciones con los acreedores en el Eurogrupo de Luxemburgo, el líder griego declaraba que "estoy en Rusia porque Europa ya no es el centro del mundo, hay nuevas fuerzas".
Ayuda económica
La visita de Tsipras dio lugar a la especulación de que los griegos pueden estar buscando préstamos rusos. "Si los griegos piden un préstamo, entonces lo tendremos en cuenta, pero aún no lo han pedido," dijo el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, a la agencia Associated Press. "Lo haríamos porque son nuestros socios y ésta es una práctica habitual entre los países que son socios."
El ministro de Desarrollo Económico de Rusia, Alexei Ulyukayev, descartó una compra de bonos griegos, pero dijo que las garantías estatales o inversiones - por ejemplo, en el sector de gas natural - podrían ser posibles, según informó la agencia de noticias rusa Interfax. "Si Grecia ofrece proyectos comercialmente interesantes, serán examinados", agregó el ministro de Finanzas Anton Siluanov.
Por el momento, Grecia ha conseguido cerrar su primer gran proyecto energético con Rusia. El viernes los ministros de Energía griego y ruso, Panayotis Lafazanis y Alek- sandr Nóvak, firmaron un memorando intergubernamental de cooperación para construir en territorio griego la prolongación del gasoducto Turkish Stream. El gasoducto tendrá un coste de 2.000 millones de euros y será financiado con un crédito ruso a cargo de la compañía de inversión VEB-Capital. Grecia pagará el crédito con su porcentaje de los beneficios del proyecto.
De cara al futuro, ambos países preparan un memorándum para ampliar su cooperación. "Para noviembre, cuando se volverá a reunir nuestra comisión de cooperación, podemos preparar un memorándum que ayude a organizar nuestra ulterior cooperación económica", dijo el jefe del Gobierno griego al líder del Kremlin.
"Europa ya no es el centro"
En su intervención en el plenario del Foro Económico, Tsipras afirmó que la UE debe volver a sus principios de solidaridad y justicia social. "Después de la crisis de 2008, el mundo es diferente. En Europa hemos tenido la ilusión de que somos el centro del mundo, cooperando solo con nuestros vecinos directos. Pero el centro del mundo ha cambiado de lugar, hay nuevas fuerzas a nivel político y económico. Las relaciones internacionales adquieren un carácter multipolar".
"El así llamado problema griego no es un problema griego, sino un problema europeo y se resume en si la UE será capaz de recuperar su esencia de solidaridad y justicia social", dijo Tsipras sobre la negociación con los acreedores.
El jefe del Gobierno griego calificó la política económica de "ajustarse el cinturón" impuesta por Berlín y Bruselas como "un camino que no lleva a ninguna parte". "Estamos en medio de una tormenta, pero somos un pueblo que sabemos manejar el mar y la tormenta no nos asusta, ni la posibilidad de descubrir nuevos océanos y llegar a puertos más seguros", afirmó el líder griego sobre las presiones que recibe su país y el Gobierno que dirige de sus socios europeos.
Levantar las sanciones
Tsipras, que definió a su país como "un histórico amigo de Rusia", también se refirió a la crisis de Ucrania y a las sanciones adoptadas por la Unión Europea contra Rusia. "La crisis en Ucrania ha abierto una herida en el corazón de Europa, una herida de inestabilidad. Y es mala señal para las relaciones internacionales, porque en vez de la prosperidad y la cooperación económica en la región se observan los procesos que conducen a una guerra, militarización e imposición de las sanciones" dijo, y añadió que "este círculo vicioso de sanciones debe romperse cuanto antes". Putin, por su parte, no mencionó la difícil situación de Grecia en su discurso.
Políticos rusos han venido usando un lenguaje florido para alabar los lazos con Grecia, lo que sugiere que Atenas debe ser un socio vital en los intentos de Moscú. Alexei Pushkov, jefe del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma, la cámara baja del parlamento, dijo esta semana que el oeste, con sus movimientos para aislar y criticar a Rusia, estaba actuando en contra de los intereses y sentimientos de una parte significativa de los europeos, y señaló a Grecia como un miembro de la UE que pensaba de otra manera.
El propio presidente Putin ha aclamado centenarios vínculos espirituales y culturales entre Grecia y Rusia, que él dice están profundamente arraigados en la fe cristiana ortodoxa, compartida por los dos países.