
Según adelanta la agencia Reuters, el Banco Central Europeo ha advertido a los ministros de Economía y Finanzas que no puede garantizar que los bancos griegos puedan abrir sus puertas el próximo lunes.
Los funcionarios citados por la agencia aseguraron que durante la reunión a puerta cerrada de los ministros en Grecia, el presidente de la reunión Jeroen Dijsselbloem preguntó miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo, Benoit Coeure, si los bancos griegos serían capaces de abrir mañana viernes. "Mañana, sí pero el lunes, yo no sé", contestó Coeure.
Fuentes bancarias indicaron durante la jornada del jueves que entre el lunes y el miércoles, los griegos retiraron alrededor de 2.000 millones de euros de sus cuentas bancarias. Sin acuerdo a la vista, los líderes de la zona euro celebrarán una cumbre de emergencia el próximo lunes para tratar de evitar un default griego después de que la fuga de depósitos se haya acelerado y las negociaciones entre Atenas y sus acreedores internacionales sigan estancadas.
Como ya advertían esta semana algunos analistas, la falta de acuerdo de hoy por parte del Eurogrupo podría obligar a imponer controles de capital o cerrar temporalmente las entidades bancarias helenas. "Grecia podría imponer controles de capital este fin de semana si no consigue alcanzar un principio de acuerdo con el Eurogrupo", aseguraba Malcolm Barr, economista de J.P. Morgan. En el caso de que esto ocurra, el gobierno de Tsipras podría disfrazar este acontecimiento como el resultado de "la presión injusta" infligida sobre el país por parte de la troika, indican desde el banco estadounidense.
Si este escenario se materializase, el ejecutivo heleno utilizaría la antipatía que los acreedores generan sobre los ciudadanos griegos como base para cementar una posible salida del euro. Dicho esto, en estos momentos, los sondeos siguen mostrando la intención de los votantes helenos de querer permanecer en la eurozona.