
La discusión sobre una eventual salida de Grecia del euro - denominado Grexit- planea de nuevo sobre Alemania ante las dificultades de las instituciones que antes formaban la troika de llegar a un acuerdo con el gobierno griego de Alexis Tsipras.
La pregunta que se plantean muchos es hasta donde está dispuesto a ceder el gobierno alemán. Una versión que recoge la revista "Der Spiegel en su edición de hoy y que apunta a dos posiciones encontradas dentro del gobierno.
Una de ellas estaría representada por el ministro de Finanzas, Wolfgan Schäuble, a quien se le atribuye una disposición a no evitar la salida de Grecia del euro si Grecia no asume las reformas que las instituciones exigen.
Del otro lado estaría la canciller Angela Merkel, dispuesta a pagar un alto precio por mantener a Grecia en el euro.
Los dos protagonistas y sus portavoces se han esforzado en los últimos días en negar esas diferencias.
"No crean todo lo que leen, la canciller y yo tenemos una posición común", dijo Schäuble la semana pasada ante un congreso de empresarios cercanos a la Unión Cristianodemócrata (CDU), partido al que pertenecen él y Merkel.
En todo caso el ala empresarial de la CDU le da preferencias a un Grexit si la alternativa es hacer nuevas concesiones al gobierno de Tsipras.
"Si seguimos cediendo como hasta ahora existe el peligro de un efecto dominó. ¿Por qué van a hacer reformas dolorosas otros países europeos si Grecia no las hace?", dijo en declaraciones que publica hoy el diario "Rheinische Post el jefe de la asociación de empresarios de la CDU, Carsten Linnemann.
Linnemann considera una salida de Grecia del euro algo asimilable para la eurozona desde el punto de vista económico y además no está solo, ya que hay un buen número de diputados de la CDU y de su ala bávara la Unión Socialcristiana (CSU) reacios a nuevas concesiones.
Ya en febrero, en la votación para aprobar la prolongación del segundo paquete de ayuda, hubo más de cien diputados que votaron con la advertencia de que no estarían dispuestos a aprobar un tercer paquete y expresaron su confianza en que Schäuble mantendría su posición dura en las negociaciones.
De momento, en Alemania los temores ante un posible Grexit no parecen ser tanto de tipo económico como político.
"No subestiméis los que significaría para Europa si no logramos mantener a Grecia dentro del euro. Mi preocupación es que en muchas cuestiones ya no se nos tome en serio", dijo hoy el ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, en un congreso regional del Partido Socialdemócrata (SPD).
El Bundesbank no parece creer que haya peligro de contagio a otros países si se produce un Grexit, pero ha advertido de repercusiones difíciles de prever.
"El peligro de contagio directo es escaso porque hay pocas exposición de los bancos en Grecia", dijo la vicepresidente del Bundesbank, Claudia Buch, en declaraciones que publica el diario "Rheinische Post".
"Pero nadie sabe las consecuencias indirectas que podría tener", agregó.
En todo caso, varios medios alemanes aseguran hoy que los socios europeos -pese a todos los desmentidos oficiales- ya están preparado un plan B en caso de que no sea posible mantener a Grecia en el euro.
Ese plan, asegura el diario Süddeutsche Zeitung en su edición de hoy, se habría discutido a nivel de secretarios de Estado, con la presencia del negociador griego Giorgos Huliarakis, y tiene dos pilares: uno destinado a evitar una catástrofe humanitaria en Grecia y otro dirigido a proteger la eurozona y el sistema bancario.
La idea sería aislar a los bancos griegos y establecer un control de capitales para evitar que se sigan traspasando diariamente millones de euros a bancos extranjeros.