
Los partidos de la considerada extrema izquierda gobernarán las tres principales ciudades de España, gracias al apoyo del PSOE en los consistorios de Madrid y Valencia. Los socialistas madrileños confirmaron este jueves su apoyo a Manuela Carmena, de Ahora Madrid (Podemos), como alcaldesa de la ciudad, mientras que, en Valencia, el PSPV y Podemos ratificaban el pacto que da el gobierno municipal al candidato del partido valencianista Compromís per València, Joan Ribó, condición exigida para el cierre de un Gobierno tripartito también en la Generalitat. Este acuerdo autonómico se cerró apenas unas horas después, con la firma del programa base común elaborado por las tres fuerzas.
Son muchas las voces que en el seno del Partido Socialista han advertido de las potenciales consecuencias negativas que puede tener para la formación el pacto con Podemos y Compromís. Un impacto negativo no sólo en términos de imagen, sino, sobre todo, en cuanto al desarrollo de políticas sociales y económicas que, como ha quedado ya patente desde la celebración de las elecciones del 24 de mayo, no son bien acogidas por empresas e inversores. El temor a un freno o paralización de la recientemente iniciada recuperación económica es vista como una amenaza real, tanto en Valencia y Madrid como en Barcelona, donde Ada Colau (Barcelona en Comù) sigue negociando con PSOE y ERC, pero con la tranquilidad de que puede ser investida como alcaldesa sin estos apoyos.
Estas alianzas rompen con las políticas de centro hacia las que ha tendido el PSOE en las últimas legislaturas y los opositores internos creen que pasarán factura al partido en las próximas elecciones generales, previstas para noviembre.
De hecho, el descontento interno en Madrid es tan acentuado, que planea el fantasma de un posible tamayazo. La lista de Esperanza Aguirre es la más votada, con 21 concejales, y Carmena necesita los 9 votos del PSOE para su investidura. Una fuga o ruptura de la disciplina del partido podría devolver las opciones de gobierno a Aguirre.
Además, existen discrepancias entre PSOE y Ahora Madrid en el reparto de responsabilidades en el futuro gobierno municipal.
Unas discrepancias que se extienden también a la Comunidad Valenciana. Los candidatos del PSPV, Ximo Puig, Compromís per València, Mònica Oltra, y Podemos, Antonio Montiel, sellaron la firma del programa base conjunto, pero queda por definir el punto que llevó a la ruptura de la negociación: quién ocupará la presidencia de la Generalitat. Puig y Oltra se disputan el liderazgo del futuro Consell, una batalla en la que Podemos da su apoyo a Compromís.
De hecho, Oltra ha mantenido contactos personales con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, de cara a que ambas fuerzas se unan para las elecciones generales en la Comunidad Valenciana.
Por ello, Ximo Puig ha mantenido abierto su 'plan B': una alianza con Ciudadanos. C's es muy crítico con las ideas de Compromís y propuso a PP y PSPV un pacto antinacionalista para alejarle del poder.
Lo cierto es que, a pesar de los roces internos, el acuerdo entre las tres fuerzas de izquierdas se extiende a varios municipios de la Comunidad Valenciana, incluidas las otras dos capitales de provincia, Alicante y Castellón, y algunas de las principales poblaciones, como Elche, Alzira o Sueca.
En el caso de Madrid, Ciudadanos ha comprometido su apoyo al PP para el Gobierno autonómico.