
Mucho se ha hablado desde finales del año pasado sobre la divergencia que iba a distinguir a la economía estadounidense del resto de sus homólogas en el resto del mundo. Mientras el Banco de Japón y el Banco Central Europeo se encuentran en pleno bombeo de liquidez a través de medidas como la compra de bonos soberanos, la Reserva Federal se encuentra preparada para apretar el gatillo y comenzar a subir los tipos de interés, posiblemente a finales de esto año.
Dicho esto, como viene siendo costumbre, el PIB de EEUU se ha acostumbrado a arrancar el primer trimestre de un nuevo ejercicio con el pie equivocado. En 2014 fue el gélido invierno lo que provocó una contracción del 2,1 por ciento. Un año antes, entre los meses de enero y marzo, la actividad económica registraba un avance del 2,7 por ciento, el segundo trimestre más lento de 2013. Se pueden encontrar mil y una excusas para justificar el mal comienzo con el que la mayor economía del mundo suele empezar el año. La semana pasada conocimos como en primer trimestre de 2015, la economía se contrajo un 0,7 por ciento.
En plena busca de aliciente y mientras Wall Street espera en máximos históricos una próxima corrección que descuente la normalización de la política monetaria, así como seis años continuados de subidas, aderezados por los más de 4 billones de dólares engullidos por la Fed, muchos se preguntan si el rebote económico y la susodicha divergencia se materializará durante el resto del año.
La última lectura de la Reserva Federal de Atlanta y su GDP Now mostraban el lunes como, hasta la fecha, la economía estadounidense ha crecido sólo un 0,8 por ciento en el segundo trimestre. El crecimiento real del consumo ha sido rebajado en cinco décimas, hasta el 2,1 por ciento, un hecho que indica que el gorila del país, que supone más de tres cuartas partes de su PIB, sigue sin reaccionar al abaratamiento acumulado de los precios de la gasolina.
El menor crecimiento desde 2011
En esta situación, J.P. Morgan y su economista jefe, Bruce Kasman, han rebajado la previsión de crecimiento para EEUU este año hasta el 2 por ciento en 2015, lo que supone su menor ritmo desde 2011, cuando el país creció un 1,6 por ciento. En estas mismas previsiones podemos observar como el equipo de Kasman eleva la previsión de crecimiento de España hasta el 3 por ciento.
En el cuadro de cifras del banco capitaneado por Jamie Dimon se puede observar como el avance de la mayor economía del mundo carecerá de un rebote considerable en los próximos trimestres, algo que sí ocurrió en otros años, cuando el país llegó a crecer por encima de su crecimiento potencial. Para el segundo trimestre de 2015, el impulso será del 2 por ciento para subir sólo cinco décimas más en el tercer y cuarto trimestre. El Fondo Monetario Internacional prevé que EEUU crecerá un 3,1 por ciento este año.
Rebaja del crecimiento potencial
Al mismo tiempo, el economista del banco, Michael Feroli, indica que los acontecimientos actuales indican que "el crecimiento potencial del país ha virado a la baja". De hecho, J.P. Morgan contaba desde 2013 con una de las lecturas más bajas en lo que al crecimiento potencial de EEUU se refiere, con sólo un 1,75 por ciento. Aún así, en estos momentos, parece que el banco "ha sido demasiado optimista", señala Feroli.
Su explicación simplificada indica que mientras la fuerza laboral de EEUU ha crecido a un ritmo medio del 0,5 por ciento anual, la productividad lo ha hecho sólo a un 0,4 por ciento. "Esto sugiere que la tendencia de crecimiento ha estado en alrededor del 1 por ciento", indica. Según Feroli, la única razón por la que el país ha crecido una media del 2,4 por ciento en los últimos dos años es por el "uso masivo de los recursos disponibles ante la debilidad del mercado laboral". De ahí, que el crecimiento potencial se pueda situar muy por debajo del 1,75 por ciento.