Economía

Cuatro candidatos se disputan el relevo de Méndez al frente de UGT

  • El sindicato busca adelgazar su estructura y reducir las federaciones estatales

No sólo cambia el panorama político en España. También comienza la modernización de la estructura sindical de UGT, una organización que lidera Cándido Méndez desde hace más de dos décadas. La Unión General de Trabajadores comienza este miércoles a dar los pasos para su renovación, un proceso que lleva implícito el relevo en el liderazgo, para el que se perfilan cuatro candidatos: Miguel Ángel Cilleros, Josep María Álvarez, María Jesús Cedrún y Frederic Monell.

El principal objetivo de la reestructuración del sindicato es el adelgazamiento de su estructura, de forma que permita agilizar la acción sindical y tener a más cuadros sindicales a pie de calle en acciones directas con los delegados y afiliados.

El Comité Confederal, máximo órgano entre Congresos, que se celebra este miércoles y el jueves es el pistoletazo de salida para la convocatoria del Congreso que culmine la redefinición del sindicato con el relevo en la Secretaría General. Méndez manifestó hace meses su voluntad de celebrar ese Congreso en primavera de 2016, apuntando al mes de marzo, según fuentes de la organización sindical, quienes indican que la celebración en ese mes permitiría que el nuevo secretario general sea suficientemente conocido de cara al día estrella sindical, el Primero de Mayo.

De este modo, queda abierta la posibilidad de que del Comité Confederal de esta semana surja la convocatoria de un Congreso extraordinario, en noviembre o diciembre, de modo que se agilicen los pasos para rubricar dicho relevo en la primera quincena de marzo.

Reducción de costes

El primero de esos pasos encaminados al proceso de modernización de UGT incluye una fusión de federaciones. Ese adelgazamiento y concentración de las estructuras se replicaría a escala municipal y autonómica, de modo que prime la acción sindical frente a la superestructura burocrática desfasada y propia de sindicatos que obedecían a un marco laboral muy diferente al actual. Con todo, facilitaría una reducción de costes y una mayor eficiencia económica.

Las seis federaciones estatales -fueron 12 cuando Cándido Méndez accedió al liderazgo de UGT- quedarían reducidas a tres en 2016: una, de servicios públicos, una, de servicios privados a la ciudadanía, y otra de producción de bienes que incluiría todas las ramas industriales y también agrícolas.

Fuentes internas explican que el espíritu que inspira esta concentración, al margen de la modernización y adaptación a la coyuntura actual, es lograr una operativa más flexible y eficaz que la de CCOO, con más capilaridad para atender y prestar sus servicios a los delegados y afiliados, dejando más cuadros sindicales a pie de calle y menos en la estructura. Algo que además redundaría en una mayor eficiencia económica y en una am- pliación de la capacidad para captar y fidelizar afiliados. Ello pese a que desde la organización no se percibe que la pérdida de afiliados sea achacable a su gestión, sino a la propia crisis, tanto por la vía de pérdida de empleo como por la de caída de la población activa.

Se reconoce que la merma ha sido fuerte, pero muy inferior al impacto de esas variables negativas. Como ejemplo, los datos en manos del sindicato indican que la ocupación en el sector de la construcción ha caído a la mitad, y su pérdida de afiliados en el ramo ha sido del 10 por ciento.

Regeneración

Además de mejorar su capacidad de acción para engrosar sus bases, UGT pretende una renovación generacional de los órganos sindicales: las federaciones y las uniones.

Este proceso avanzará al hilo de la reestructuración, asumiendo el sindicato que los miembros de su ejecutiva se encuentran en el rango de edad de Méndez, de 62 años, y que es preciso rejuvenecer la cúpula con jóvenes sindicalistas formados en sus filas durante los últimos años.

Y esa voluntad abre precisamente la pugna por la Secretaría General, con varios postulantes en razón de su capacidad, trayectoria y peso político en el sindicato.

Entre ellos, parte como uno de los favoritos Miguel Ángel Cilleros, actual secretario general de la federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo (SMC-UGT), con reconocido prestigio en la organización, tras ocupar diversos cargos, y un perfil político adecuado para el puesto en liza. Pero no todo obra a su favor. Precisamente la edad, cercana aunque menor que la de Méndez, no encaja con el proceso de rejuvenecimiento sindical. Le permitiría liderar la organización durante un mandato, o poco más, indican.

También entra entre los quinielables Josep María Álvarez, secretario general de UGT Cataluña, con mucho peso interno, al haber capitaneado una de los destacamentos de UGT más innovadores, el catalán. Transmite, según fuentes próximas a la organización, una imagen de modernidad que concuerda más con la renovación del sindicato, pero obra en su contra su posición en el proceso soberanista. Pese a no haber defendido la secesión, sí se manifestó a favor del derecho a decidir, algo que, en clave nacional, puede contrarrestar sus puntos fuertes como sucesor de Méndez.

Otra de las opciones, a la que se podría entender que en cierta ocasión apuntó Méndez indirectamente, es María Jesús Cedrún, secretaria general de UGT Cantabria. En declaraciones recientes, preguntado por su sucesión, el actual secretario general de la organización sindical apostó por una mujer para relevarle. Y fuentes internas indican que sin lugar a dudas se refería a Cedrún, por su dilatada experiencia y ser muy valorada internamente. Obra en su contra que procede de una unión de pequeño tamaño que no ha tenido que lidiar con graves vaivenes, y su peso político es menor que el de otros posibles sucesores.

Por otra parte, Frederic Monell, actual miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal tiene muchos puntos a favor y sería el cuarto posible candidato a la sucesión en el sindicato. Monell traslada la imagen de modernidad y juventud pretendida en el proceso de renovación. Además de su dilatada experiencia -ha ido escalando desde los peldaños inferiores del sindicato hasta la Comisión Ejecutiva- conoce a la perfección el engranaje interno de la organización y los elementos de índole política que pesan en la Ejecutiva. Procede de la federación de Servicios Públicos, y estuvo en el equipo de la Comisión Ejecutiva de UGT Cataluña. Ahora acumula dos mandatos al lado de Cándido Méndez en la Comisión Ejecutiva.

En cualquier caso, la elección de uno de los cuatro favoritos para el relevo dependerá precisamente del proceso de redefinición de la estructura sindical que comienza a impulsarse este jueves. Los apoyos dependerán de la distribución de pesos y cuotas entre las federaciones y las uniones, así como del reparto de aspectos como la cooperación internacional.

Cabe recordar que, además de estos cuatro candidatos, se quedan en el camino otras posibilidades apuntadas hace meses. Descartan fuentes internas y externas al sindicato que en el comentario de Cándido Méndez a favor de que le sucediera una mujer en al Secretaría General se refiriese a Carmen Castilla, secretaria general de UGT Andalucía y muy valorada internamente, ya que formó parte -durante unos meses- de la Ejecutiva del sindicato investigada en el caso de la financiación ilegal de la federación andaluza.

Otro de los nombres que han sonado desde que Méndez anunció su intención de marcharse en 2016, son el del secretario general de la Federación de Servicios Públicos, Julio Lacuerda, que al parecer no tiene intención de postularse. Tampoco Carlos Romero, al frente de MCA-UGT (Metal, Construcción y Afines) pretende optar, pese a su relevancia y peso por número de afiliados, así como, según algunas fuentes, el secretario general de UGT-PV (Valencia), Gonzalo Pino.

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