
El hecho de que Yanis Varoufakis haya sido relegado de las negociaciones de Grecia con sus acreedores no debería sorprender a nadie. De hecho, según el equipo liderado por el economista Nouriel Roubini, el papel del polémico ministros de finanzas heleno nunca tuvo como objetivo el "negociar" con sus homólogos europeos y el Fondo Monetario Internacional.
"Varoufakis ha jugado dos papeles principales", estima de Roubini Global Economics (RGE). "El primero plantar cara a Wolfgang Schäuble, el ministro de finanzas aleman conocido por su caracter de halcón", estiman desde la consultora. En este sentido, Alexis Tsipras, el primer ministro griego habría utilizado a Varoufakis como gallo de pelea para poder ponerse al mismo nivel que la canciller alemana, Angela Merkel.
Otro de los papeles fundamentales de Varoufakis ha sido el de ser los oídos de la Casa Blanca y Washington en las negociaciones. Tras su reciente encuentro informal con el presidente de EEUU, Barack Obama, en la capital del país, "el ministro de finanzas heleno entendió alto y claro el mensaje: los griegeos deben espabilarse". Recordemos que Obama ofreció ayuda técnica al país a la hora de elaborar las recetas y ajustes que convenzan a Bruselas y el FMI para ofrecer más ayuda financiera al país, pero desde Washington cerraron la puerta a cualquier flotador en forma de dinero. Previamente, Jack Lew, secretario del Tesoro de EEUU exigió a Grecia alcanzar un acuerdo con sus acreedores para evitar un impago.
Como señalan desde RGE, con Varoufakis fuera de juego, las negociaciones no culminarán en un acuerdo de último minuto como ocurrió el pasado 20 de febrero. En esta ocasión, la troika quiere observar de primera mano a través de sus inspectores en Atenas, los avances a nivel técnico sobre aspectos clave como las pensiones, el mercado laboral, IVA y privatizaciones. "Euclid Tsakalotos, mucho más callado, está mejor posicionado para alcanzar resultados que el pirotécnico Varoufakis", afirma el equipo de expertos de Roubini.
De esta forma, Tsipras se ha ahorrado sacrificar de forma inminente a Varoufakis, al menos de momento, y tender la mano a Bruselas, especialmente después de que el actual ministro de finanzas fuera acusado de haber hecho perder el tiempo durante su periplo en Riga la semana pasada. Grecia está comprometida así a lograr un acuerdo con la troika, lo que reduce sensiblemente la posibilidad de un accidente heleno que active su posible expulsión de la zona euro o, al menos, genere incertidumbre sobre qué hacer en el caso de que el país incurra en un impago. En estos momentos todas las miras están puestas en los progresos a nivel técnico y en la caja del gobierno, que debe desembolsar 750 millones de euros el próximo 12 de mayo al FMI.