Economía

Metro de Madrid remata las obras de un gimnasio privado en un espacio público que costó 150 millones de euros

  • Percibirá 280.000 euros, el 0,03% del presupuesto anual de la empresa
  • Ignacio González Velayos cree que dará "valor añadido" a los viajeros
  • La instalación ocupa la fallida zona de facturación de Nuevos Ministerios
González Velayos (izquierda), junto a Fernando Preciado (centro), gestor de Patrimonio de Metro y a la sazón su cuñado

El consejero delegado de Metro de Madrid, Ignacio González Velayos, ha visitado este martes las obras para la instalación de un gimnasio dentro de la estación de Nuevos Ministerios. Estará gestionado por una empresa privada y abrirá durante un periodo muy similar al del servicio de Metro, de 6 a 24:00 horas.

El espacio en el que se asienta este gimnasio privado, por el que la empresa pública madrileña percibirá un canon anual de 280.000 euros, costó en su día 150 millones de euros, según los cálculos realizados por ecomovilidad.net.

Teniendo en cuenta que el gasto anual de Metro de Madrid supera los 900 millones de euros, la cantidad que la empresa pública percibirá con este nuevo y particular uso del espacio público repesentará en torno al 0,03% de su presupuesto. Con este nivel de ingresos, además, Metro tardaría unos 535 años en recuperar el dinero que costó la construcción.

"Valor añadido"

"El objetivo de este proyecto es dar un valor añadido a los viajeros de Metro", ha afirmado González Velayos. El consejero delegado de Metro, acompañado en su visita por el gestor de Patrimonio de Metro de Madrid (y a la sazón su cuñado), Fernando Preciado Lage, ha añadido además que dará "más utilidad a los viajes del usuario, y nuevas experiencias que podrá aprovechar en sus trayectos diarios".

Metro de Madrid ha precisado, en un comunicado de prensa, que "el gimnasio supone una gran novedad para la red de Metro, un servicio diferente que hasta ahora no se había ofertado".

El antiguo vestíbulo "de facturación", dónde estará ubicado el gimnasio, se construyó a comienzos de la década pasada como parte de las obras de la Línea 8 de Metro de Madrid, que conecta rápidamente el centro de la ciudad con el aeropuerto de Barajas, y que fue cofinanciada con fondos de la Unión Europea.

Este espacio, del que el gimnasio ocupará la práctica totalidad -2.270 metros cuadrados-, fue diseñado precisamente como una extensión del aeropuerto.

Contaba 34 con mostradores en los que los viajeros podrían, según los planes del gobierno del entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y del que era consejero de Transportes y hoy es presidente de Ifema, Luis Eduardo Cortés, facturar sus maletas antes de coger el metropolitano hasta Barajas.

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