
La economía alemana crece con fuerza. Lo venían diciendo el Gobierno, las encuestas y los indicadores de confianza, y esta última semana lo confirmaron las principales instituciones económicas del país. En su informe conjunto de primavera presentado el jueves, los economistas de los cuatro grandes institutos de investigación (IFO, DIW, IWH y RWI) elevaron su previsión de crecimiento para 2015 del 1,2 al 2,1 por ciento.
Las razones: el petróleo barato, el aumento del gasto de los hogares alemanes y el buen comportamiento de las exportaciones. La baja del petróleo permite que los alemanes tengan más dinero para el consumo y la cotización a la baja del euro favorece el comercio exterior, explica el informe. Los analistas piden al Gobierno que aproveche para reformar el impuesto sobre la renta con el objetivo beneficiar a los ciudadanos con ingresos bajos y medios.
En su diagnóstico de otoño los expertos habían rebajado de forma drástica sus pronósticos ante la debilidad de la economía global, especialmente por el comportamiento de la eurozona, las incertidumbres geopolíticas y la endeble demanda interna. Pero tras el bache del tercer trimestre del año pasado, el viento vuelve a soplar a favor de Alemania.
En enero el Gobierno ya elevó sus previsiones de crecimiento, pero de manera más prudente. Según las proyecciones de la Cancillería, el PIB crecerá este año hasta el 1,5 por ciento, porcentaje que los mayores expertos, que en otoño fueron muy críticos con Merkel y su política de austeridad, ahora corrigen al alza y aseguran que llegará hasta el 2,1 por ciento.
A escala global, los economistas esperan que la producción mundial se expanda a un ritmo ligeramente más rápido en primavera. La fuerte caída en el precio del crudo, que casi se ha reducido a la mitad desde junio de 2014, será la causa principal de esta aceleración. Esta bajada ha contribuido a una mejora en las economías avanzadas desde finales de 2014. En las principales economías emergentes, por el contrario, la situación sigue siendo bastante débil en general, explica el documento. La tasa de crecimiento de China ha ido disminuyendo desde mediados de 2014, una tendencia que los expertos achacan a la caída de los precios inmobiliarios. En Brasil la producción se ha estancado y Rusia se encuentra actualmente en una recesión. En cuanto a la zona euro, los institutos económicos esperan que se produzcan "impulsos ligeramente positivos".
También Alemania ha arrancado el año con un repunte agudo en su economía. Los economistas ponen énfasis en que este importante crecimiento es causado por circunstancias difíciles de prever y que están fuera del control del Gobierno, como la caída de los precios del crudo y la depreciación del euro. Se calcula que el producto interno bruto (PIB) alemán ha aumentado en un 0,6 por ciento en el primer trimestre. El repunte parece que perderá impulso lentamente a lo largo del año, sobretodo porque es previsible que los efectos positivos del menor precio del petróleo se vayan desvaneciendo. Sin embargo, este fuerte inicio del año hace pensar a los investigadores que el PIB puede crecer un 2,1 por ciento en 2015. Según el informe de primavera, el crecimiento frenará ligeramente el año que viene y será del 1,8 por ciento.
Impulso del consumo privado
Los institutos alemanes prevén que la expansión de su economía este año venga protagonizada por la demanda interna, que crecerá este año un 2,5 por ciento y un 1,6 por ciento en 2016. El consumo privado se beneficiará de la mejora de poder adquisitivo en los hogares causada por la caída de precios y por el aumento de los salarios, que se debe a la introducción del sueldo mínimo desde principios de este año y a la solidez de su mercado de trabajo. De hecho, los expertos consideran que la fortaleza de la económica permitirá mantener la buena salud de su mercado laboral, creando unos 350.000 empleos este año y otros 250.000 en 2016, lo que reducirá la tasa de paro al 6,3 por ciento en 2015 y al 5,9 por ciento en 2016.
Alivio para los contribuyentes
Los investigadores económicos pronostican que los presupuestos públicos de Alemania registrarán excedentes de más de 20.000 millones de euros en 2015 y en 2016. En vista de este superávit estructural, los economistas piden a la coalición de gobierno (CDU-SPD) que relaje la presión fiscal sobre los ciudadanos con ingresos medios y bajos. "Ha llegado el momento de que la tasa de impuesto sobre la renta sea más orientada al rendimiento, especialmente para las pequeñas y medianas empresas" afirma el informe. Tal medida, aseguran, aumentaría el potencial de crecimiento en la república federal. La reducción de la presión fiscal sobre los ingresos medios costaría alrededor de 25.000 millones de euros según los cálculos de los investigadores.
Grecia puede ser una seria "amenaza"
En sus previsiones de primavera, los cuatro grandes institutos económicos advierten de que los renovados problemas de Grecia representan "una seria amenaza para la economía de la eurozona". Y avisan de que el cambio en la política monetaria de la Fed puede afectar los precios de los activos en las economías avanzadas y provocar significativas salidas de capital de los países emergentes.