Economía

La tensión con Venezuela amenaza los intereses de las empresas españolas

  • Las compañías encuentran muchas trabas al repatriar sus beneficios
Mariano Rajoy y Nicolás Maduro.

Lejos de levantar la mano, Venezuela volvió este jueves a arremeter contra el Ejecutivo español. En un comunicado, el Gobierno de Nicolás Maduro expresó su "más enérgico rechazo" a la "insistencia" de Mariano Rajoy en "desmeritar" la democracia y las instituciones venezolanas "especialmente en el contexto de una crisis económica que golpea a España".

Acusó así al PP de haber tomado partido favor de instituciones que atentan contra la paz y situarse en contra de la justicia del país caribeño.

Era la respuesta que daba Maduro después de que el Ejecutivo español llamara este miércoles al embajador venezolano en Madrid, Mario Isea, para trasladarle -durante los cinco minutos que duró la entrevista- que las declaraciones del presidente de la República eran "intolerables".

Unos hechos que este jueves también tuvieron eco en el Congreso. La diputada del PP Cayetana Álvarez, encargada de defender la propuesta que pedía la excarcelación de los opositores bolivarianos en prisión, apuntó "los insultos de Maduro son la confesión del dictador".

Resultados empresariales

Tampoco este jueves los ánimos estaban más calmados desde el sector empresarial, que encuentra muchos problemas para repatriar sus beneficios. El presidente de Iberia, Luis Gallego, reconoció estar preocupado por los 200 millones retenidos en el país latinoamericano.

Si bien reconoció que le gustaría mantener sus vuelos a Venezuela porque la ruta "funciona muy bien", el directivo indicó que está estudiando la forma para recuperar su montante inmovilizado en el país caribeño. En la misma situación se encuentra Duro Felguera, que según explicó a principios de año, tiene pendientes de cobro al menos 126 millones correspondientes a un proyecto de una planta de gas.

Amper también achacó en gran medida a los vaivenes venezolanos parte de las pérdidas de 75 millones que este jueves confesó. En concreto, la compañía destacó que el cambio del bolívar venezolano (50 por dólares) fijado en la última subasta ha supuesto un impacto negativo en los fondos propios consolidados del grupo de 9 millones de euros.

Grandes cotizadas españolas destacadas en Venezuela -como Telefónica, IAG, BBVA Repsol o Mapfre, vienen soportando el impacto en sus cuentas de las decisiones de Maduro y la grave crisis económica que atraviesa el país. El pasado 10 de febrero, Caracas modificó el sistema cambiario estableciendo tres tipos distintos fijando bajo qué requisitos se pueden acoger los cambios a cada una de las tres modalidades.

En el caso de Telefónica, y con datos de febrero, las modificaciones y la depreciación del bolívar habrían rebajado su beneficio en 399 millones de euros, con un impacto de 1.231 millones en sus activos financieros. Por su parte, IAG anunció en el mismo mes que había tenido un cargo excepcional en el beneficio de operaciones de 361 millones en 2014. Y pese a mantener los vuelos al país, la aerolínea ha tenido que readaptar su estrategia comercial, bajando la frecuencia desde la primavera de 2014 y dejando de vender billetes allí para evitar el pago en bolívares y que le aumente la cantidad de dinero retenido.

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