Economía

El hombre que podría ser hoy Ministro de Economía

  • Compartió confidencias con otros miembros del PP la noche electoral de 2011
Rajoy y Rato se abrazan durante un acto en Barcelona, en 2008

La carrera de Rodrigo Rato llegó a su cénit en la presidencia de Bankia, hoy fuente de desvelos para el antiguo director gerente del FMI y causa de dos imputaciones penales, podría haber terminado de una forma distinta si el político del Partido Popular fuese hoy Ministro de Economía.

Corrían los últimos días de 2011, el PP acababa de ganar las elecciones y su nombre sonaba una y otra vez para ocupar la cartera que finalmente fue a parar a las manos de De Guindos.

Por su experiencia durante los Gobiernos de Aznar como vicepresidente económico, así como por el puesto de director gerente en el FMI que ocupó tras dejar el Ejecutivo, la figura de Rodrigo Rato siempre había sido citada como un eventual candidato para ocuparse de los temas económicos del nuevo Ejecutivo.

De hecho, Rato compartió confidencias en la sede popular durante la propia noche electoral en que Zapatero perdió el poder, siguiendo atentamente el escrutinio de las urnas que dió la victoria al equipo de Rajoy.

El actual presidente del Gobierno llegó a recibirlo en su despacho de la sede del PP, en la calle Génova de Madrid, sólo unos días después de ganar las Generales de 2011, como parte de los contactos que el líder del PP mantuvo con diversas personalidades del mundo económico, antes de ser investido como presidente.

Adiós a los años felices

Antes, Rodrigo Rato también pudo ser presidente del Gobierno de España. Atrás quedan los años felices en los que, como director gerente del Fondo Monetario Internacional, organizaba la política monetaria mundial y su triunfal regreso a España para hacerse cargo después de la presidencia de Caja Madrid, la formación de Bankia y su salida a Bolsa.

A la espera de saber cómo concluye este último episodio, la imagen de Rodrigo Rato escoltado por agentes de la Policía difícilmente se irá de la retina de los ciudadanos, que ya no le recordarán por ser aquel negociador hábil, político de raza y de oratoria brillante y fina ironía que en ocasiones pudo tumbar al más avezado interlocutor.

Rato ha puesto fin así a aquella etapa dorada en la que cambió las riendas de la economía española por la mundial desde el FMI, para hacerse después, en 2010, con las de en aquel entonces cuarta entidad financiera del país, Caja Madrid.

Una familia acomodada

Nacido en Madrid el 18 de marzo de 1949 en el seno de una familia de reconocida tradición empresarial, licenciado en Derecho y en Administración de Empresas por la Universidad de California (Berkeley), antes de incorporarse a la política fue consejero de las empresas familiares.

En 1979 comenzó su trayectoria política en Alianza Popular (AP), aunque adquirió su mayor protagonismo cuando fue elegido para dirigir la política económica del Gobierno en 1996.

Siete años después, en septiembre de 2003, compitió con Rajoy para ser candidato a la presidencia de Gobierno, pero finalmente fue designado el actual presidente del Gobierno.

Perdida esta batalla, Rato saltó al exterior como director gerente del FMI, cargo que asumió en 2004, y desde el que impulsó un cambio en la forma de distribuir el poder entre los países miembros, lo que supuso el mayor plan de reforma desde la fundación del organismo.

Sin embargo, en junio de 2007 anunció su decisión de abandonar su cargo por motivos personales, lo que desató especulaciones sobre su regreso a la vida política española.

No obstante, pronto dejó claro que no iba a formar parte de las listas del PP para las elecciones generales y que retomaba su actividad profesional privada en entidades como el Santander y Lazard, banco que también le ha costado algún que otro disgusto dentro del "caso Bankia" que investiga la Audiencia Nacional cuyo desenlace está aún por llegar.

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