Economía

Londres completa legislatura con la economía consolidada

David Cameron

El Parlamento británico baja el telón de una Legislatura de la que ha sorprendido que haya completado los cinco años para los que estaba prevista.

 La que ahora concluye ha constituido el primer experimento de un mandato con una duración predeterminada, frente a la potestad de la que, hasta 2010, disfrutaban los primeros ministros para convocar elecciones. La primera coalición en siete décadas y la necesidad de trasladar certidumbres ante el escenario sin mayorías absolutas de las últimas generales prepararon el terreno para transformar a Reino Unido en un campo de pruebas que afronta en mayo el más difícil todavía.

Además de la tendencia hacia el multipartidismo constatado ya en otras plazas europeas, las encuestas otorgan a las dos formaciones británicas mayoritarias un empate técnico que ha llevado ya a algunos dirigentes históricos a sugerir una gran coalición a imagen de la que en Alemania forman los democristianos de Angela Merkel con los socialdemócratas. Conservadores y laboristas son los únicos con posibilidades reales de llevar a sus candidatos hasta Downing Street, pero, de acuerdo con la demoscopia, acceder a las llaves del número 10 no se decidirá en una batalla entre dos, sino que será el resultado de un baile de alianzas estratégicas que, de momento, ningún partido quiere reconocer públicamente.

Cinco años de coaliciones

La ventaja de los últimos cinco años es que, tras 70 años de ejecutivos monocolor, la ciudadanía se ha acostumbrado a un gobierno con más de una formación. Cuando, en mayo de 2010, los conservadores, ganadores de las elecciones aunque sin mayoría, y los liberal-demócratas, tercera fuerza, a pesar de haber perdido escaños, culminaban un matrimonio de conveniencia pocos se atrevían a apostar que el bipartito completaría la Legislatura. Las diferencias ideológicas y progresivos episodios de tensión, sobre en la primera mitad de mandato, transmitían una imagen de vulnerabilidad y, transcurridos dos años del experimento, sólo uno de cada seis electores creía que el Gobierno sobreviviría hasta las elecciones. Completados los cinco años, sin embargo, los socios han demostrado una resistencia que ha recomendado a David Cameron no descartar abiertamente una reedición del pacto.

Los electores opinan

No en vano, un estudio de Ipsos Mori revela que el 63 por ciento de los votantes ve probable que haya otra coalición tras el 7 de mayo y, aunque el 65 por ciento considera que la falta de mayorías no es el mejor escenario, la encuesta de la BBC, que recopila los resultados de los diferentes sondeos, pone a conservadores y laboristas en un igualado 34 por ciento. La tendencia ha sido la tónica durante meses, por lo que la campaña promete polarizar las posiciones de los contendientes, si bien los analistas electorales han advertido de que la batalla se juega, realmente, en un centenar de escaños considerados marginales en los que podrían producirse trasvases con consecuencias.

La ausencia de un debate directo entre los dos candidatos al número 10 aleja la posibilidad de que la televisión marque un punto de inflexión, como lo hizo en 2010, cuando el estreno de los careos electorales en la pequeña pantalla británica disparó la popularidad del entonces tercero en discordia, Nick Clegg, quien tendrá difícil defender su legado tras cinco años como viceprimer ministro. A su favor, puede reivindicar los logros recabados por el Gobierno en su conjunto, pero es más probable que, más que las luces, lo que pese en el imaginario del votante no conservador sean las sombras del bipartito.

La coalición deja como herencia una recuperación relativamente consolidada para una cita que se jugará, especialmente por interés tory, en terreno económico. Con un crecimiento del 2,6 por ciento en 2014, Reino Unido presenta el PIB más robusto de las economías avanzadas, el paro está por debajo del 6 por ciento y el déficit se ha reducido la mitad. Es más, aunque no se han cumplido las metas fijadas en 2010 para la lucha contra el agujero presupuestario, es difícil atribuir esta evolución a una Administración que si por algo se ha caracterizado es por el alcance de unos recortes planteados, fundamentalmente, para sanear las arcas públicas. Al respecto, los conservadores mantienen que el trabajo está "medio hecho" y que sólo el tándem Cameron-George Osborne garantiza una conclusión exitosa.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky