
La 'trama Púnica' enviaba el dinero de las comisiones por todo el mundo para evitar el posible rastreo de los fondos. La Policía investiga un viaje relámpago de Granados en 2013 al país centroamericano.
El exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, y su amigo de la infancia, el constructor David Marjaliza, montaron entre los años 2006 y 2007 la maraña de empresas y cuentas bancarias en Suiza, Costa Rica y Singapur que durante años les permitió blanquear presuntamente el dinero procedente de comisiones y mordidas. Esa es una de las principales conclusiones a la que están llegando todas las partes involucradas en la investigación de la trama de corrupción Púnica: la Audiencia Nacional, la Fiscalía Anticorrupción, el Grupo de Delitos contra la Administración de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) y la Agencia Estatal de la Administración Tributaria.
Según explican fuentes jurídicas próximas al caso, el año clave en la internacionalización de la trama fue 2006. Ese año David Marjaliza, convertido ya en "constructor todopoderoso en Valdemoro", localidad madrileña de la que fue alcalde Francisco Granados, inscribió en el registro mercantil de San José de Costa Rica dos empresas tapadera: Sheraton Trading y Droz & Co. Ambas tenían cuentas abiertas en Suiza y, de acuerdo con los informes de la UCO, "eran una pieza clave en el engranaje de blanqueo".
Tras la pista del dinero
Tras ingresar el dinero en Suiza, y para borrar su verdadero origen, los fondos ocultos eran enviados posteriormente al país centroamericano bajo la excusa de que allí estaban radicadas las compañías que figuraban como titulares de los depósitos.
Desde Costa Rica eran transferido a su vez a Singapur y una vez en el pequeño estado asiático volvían a España ya blanqueados simulando la venta de obras de arte inexistentes a compradores extranjeros. El dinero viajaba más de 40.000 kilómetros, daba la vuelta al mundo pero regresaba limpio, permitiendo a Granados y a su socio engordar su patrimonio. Las fuentes consultadas aseguran que "aunque sobre el papel, tanto las cuentas como las sociedades tapadera fueron creadas por Marjaliza, los investigadores están convencidos de que Granados estaba al tanto de las mismas y que era, precisamente, su posición política en aquellos años lo que provocó que su nombre no figurara formalmente en ninguna cuenta".
En ese momento, además de ocupar la secretaría general del PP de Madrid, Francisco Granados era consejero de Presidencia e Interior y maniobraba para mover la silla al entonces vicepresidente autonómico Ignacio González. Desde el sindicato de funcionarios Manos Limpias, que ejerce la acusación popular, apuntan que "la prueba de que Francisco Granados estaba detrás de estas sociedades lo demuestra el viaje relámpago que hizo a Costa Rica el 2 de abril de 2013, regresando a Madrid tan sólo dos días después".
Señal de alarma
Precisamente, fueron los movimientos de dinero con Singapur, que superaban los 5 millones de euros, los que dispararon a finales de 2013 las alertas de los servicios antiblanqueo de Suiza. De hecho, la Fiscalía Anticorrupción y la Guardia Civil iniciaron tan sólo dos meses después la investigación, que desembocó el 27 de octubre de 2104 en medio centenar de detenciones e imputaciones, incluidas las de Granados y su socio.
En su declaración ante el juez Eloy Velasco el pasado 31 de octubre el exconsejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid lo negó sin embargo todo. Marjaliza admitió sí que admitió tener cuentas en Suiza, que llegaron a superar los 11 millones de euros, pero insistió en que había regularizado estos fondos tras pagar 2,5 millones.
Una comisión rogatoria procedente de Fiscalía suiza confirmó sin embargo la existencia de cuentas bancarias en este país a nombre no sólo de David Marjaliza y de su cónyuge, Adela Cubas, sino también de Granados y de su mujer, Nieves Alarcón, así como de la sociedad Sheraton Trading. El juez Eloy Velasco emitió ya un auto el año pasado en el que aseguraba que, de las investigaciones realizadas, "se deduce que el origen de los fondos aflorados en las cuentas suizas pueden proceder de conductas delictivas vinculadas a la promoción urbanística y a la contratación administrativa".
El eje central de la trama
Gran parte de la investigación se está centrando ahora en Sheraton Trading, la empresa con sede en Costa Rica que está considera uno de los ejes centrales de la trama de blanqueo de capitales. Para su constitución, Marjaliza habría utilizado los servicios de una firma especializada en la creación de empresas pantalla en paraísos fiscales, CAC Management, que habría nombrado como presidente de la firma a un testaferro, Bernal Zamora Arce.
Según publicó El Confidencial, Zamora Arce, un cartero de Costa Rica de 46 años de edad, aparece en la lista Falciani con un total de 27,8 millones de euros en una cuenta en HSBC. Tan sólo en su país figura en un total de 632 sociedades. En España aparecía hasta 2013 como administrador de una inmobiliaria, Forum Creaciones, que llegó a sumar en 2011 activos por valor de 38,6 millones de euros.
Las fuentes consultadas aseguran que "como sede social de la empresa dieron la dirección de una humilde vivienda particular a las afueras de la capital costarricense, donde no reside nadie". La creación de esta empresa es lo que habría permitido a Granados y Marjaliza, a través de personas interpuestas, abrir una cuenta corriente en el UBS de Ginebra. La segunda empresa abierta también en Costa Rica, Droz & Co., contaba con las mismas personas interpuestas como testaferros en los distintos cargos, y permitió la apertura de una segunda cuenta en el mismo banco.