César Muñoz Acebes
Washington, 6 sep (EFECOM).- Los precios de los metales caerán a medio plazo de sus niveles récord actuales, a medida que entren en servicio nuevas instalaciones de producción, predijo hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un estudio.
El organismo cree que los valores actuales son insostenibles y augura que en cuatro años el precio del aluminio habrá bajado un 35 por ciento y el del cobre, un 57 por ciento en términos reales, es decir, descontada la inflación.
"Creemos que se avecina un aumento de la oferta debido al mayor nivel de inversión" en el sector, afirmó el economista jefe del FMI, Raghuram Rajan, en una rueda de prensa para presentar el estudio, incluido en el volumen "Perspectivas Económicas Mundiales".
Eso no quita que, a corto plazo, los precios puedan experimentar subidas importantes dada la baja cantidad de reservas, según los expertos del Fondo.
Aún así, el organismo opina que el comportamiento registrado en anteriores periodos de auge se repetirá también esta vez y que los precios de los metales convergerán con los costos de producción a medio plazo.
El incremento de la producción será capaz de hacer bajar los precios pese a que el consumo seguirá en alza, gracias al apetito de las fábricas chinas, que harán aumentar anualmente la demanda mundial de aluminio un 5,6 por ciento y la de cobre, un 4,8 por ciento hasta el año 2010, según el Fondo.
El análisis del organismo coincide con la predicción de los mercados de futuros, que creen que los precios de la mayor parte de los metales bajarán de forma paulatina en los próximos cinco años.
Estos pronósticos son malas noticias para los países que se han llenado los bolsillos con los beneficios de sus ventas de materias primas en los últimos años.
Para Chile, por ejemplo, los envíos de cobre suponen un 31 por ciento de sus exportaciones, y los de aluminio son el 26 por ciento de las de Mozambique.
Otras naciones latinoamericanas, como Argentina, Uruguay y Brasil, también se han beneficiado de los buenos precios de los alimentos y el mineral de hierro, por ejemplo, según destacó Charles Collyns, subdirector del departamento de análisis del FMI.
"Nuestro análisis apunta a un debilitamiento de los precios", dijo Collyns en la rueda de prensa. "Es importante que los países en América Latina sean conscientes de esta posibilidad", añadió.
Collyns puso como modelo a Chile, que ha guardado "una proporción sustancial" de sus ingresos extras.
El Fondo pidió a esos países resistir la tentación de usar las ganancias para aumentar los salarios de los funcionarios públicos o las plantillas, pues será difícil dar marcha atrás después.
En su lugar, les recomendó invertir en educación, salud e infraestructura, sectores que serán la base para más actividad económica en el futuro.
El crecimiento estelar de la economía mundial en los últimos años ha llevado a alturas insospechadas el valor de los metales, que son la materia prima para la construcción, la industria automovilística y la aeronáutica, por ejemplo.
Desde el 2002, su precio ha subido un 180 por ciento en términos reales, mayor incluso que el 157 por ciento que aumentó el barril de petróleo en el mismo período.
China es responsable del 50 por ciento del alza del aluminio, el cobre y el acero, los principales metales, según el Fondo.
En cambio, la especulación ha tenido sólo un efecto "limitado" en la escalada de precios, "al contrario que lo que se piensa comúnmente", según el Fondo.
Frente al comportamiento exuberante de los metales, los precios de los alimentos han crecido de forma más comedida en los últimos años, ya que los agricultores pueden reaccionar de forma más rápida a la variación de los precios con cambios en lo que plantan.
Así, el valor medio de los alimentos ha crecido un 20 por ciento desde el 2002, debido a la depreciación del dólar (que eleva el precio cotizado en la moneda estadounidense) y al aumento del costo de los fertilizantes, ligados a la cotización del petróleo.
El FMI no ofreció previsiones sobre los precios de los productos agrícolas. Sin embargo, dijo que el comportamiento de algunos de ellos está ligado a las fluctuaciones del barril de crudo: el azúcar y el maíz (porque de ellos se destila el combustible etanol) y el caucho natural (un sustituto del caucho sintético). EFECOM
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