
El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía china crecerá este año a un ritmo del 6,8%, lo que supone seis décimas menos que la expansión registrada en 2014 y se sitúa dos décimas por debajo del objetivo establecido por Pekín.
La directora gerente de la institución, Christine Lagarde, ha destacado en un discurso pronunciado en Shanghai que China necesita "reinventar sus ingredientes económicos" para seguir sirviendo de apoyo a la economía global.
De este modo, Lagarde reconoció que Pekín ha iniciado un proceso de reequilibrio en múltiples dimensiones que pasa desde la inversión al consumo, desde las manufacturas a los servicios, encaminándose hacia un crecimiento promovido por la innovación, una mayor capacitación y la tecnología.
En este sentido, la directora del FMI consideró que las reformas planteadas llevarán a China a una "nueva normalidad" de un crecimiento "más lento, más seguro y más sostenible".