
Las patronales CEOE y Cepyme y los sindicatos CCOO y UGT han llegado a un principio de acuerdo para desbloquear la propuesta de subida salarial en 2015, que pasaría por abrir una horquilla de incremento de entre el 0,8 y el 1,2%, en función de la situación económica en que se encuentren las empresas y sectores. La moderación salarial: el falso debate.
Esta es la última fórmula de revisión que está encima de la mesa de negociación y que permitiría firmar el nuevo Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) antes de Semana Santa y, posiblemente, la próxima semana.
Responsables tanto de la representación empresarial como de las organizaciones sindicales han confirmado a elEconomista que esta horquilla permitiría dar satisfacción a las dos partes en litigio. CEOE mantendría su propuesta de subida inferior al 1 por ciento, a la que se acogerían la mayor parte de las empresas y sectores afectados, mientras que los sindicatos verían también reflejada su petición de superar el uno, para las empresas o sectores de actividad que ya han entrado en la recuperación.
Superar los topes
Una solución esta última que se alinea con las tesis del presidente de la patronal, Juan Rosell, quien ha defendido en numerosas ocasiones que las empresas que ya han salido de la crisis "podrán superar los topes de subida recomendados". La reunión ordinaria de la Junta Directiva de CEOE convocada para hoy puede ser clave para dar el sí definitivo al nuevo AENC.
De hecho, el presidente de Cepyme y vicepresidente de CEOE, Antonio Garamendi, avanzaba ayer que el acuerdo "está muy cerca y puede cerrarse dentro de muy pocos días", antes de dirigirse directamente a los secretarios generales de los sindicatos mayoritarios para espetarles: "Queridos Ignacio y Cándido, estoy seguro de que desde distintas posturas llegaremos a un acuerdo en breve porque el país así lo pide y lo exige".
Desde ambas partes, sindicatos y empresarios, se coincide también en que en estos momentos, el principal escollo para cerrar el acuerdo estaría en la propuesta salarial para 2016. La representación sindical insiste en aplicar las cláusulas de revisión vinculadas a la variación del IPC, mientras que las organizaciones empresariales consideran las cláusulas de revisión inaceptables y defienden fijar una horquilla en función de la evolución del PIB y de la productividad.
En esta línea, Antonio Garamendi, insistía durante su intervención en el Fórum Europa en que "esta situación en la que la recuperación empieza a ser más firme aconseja mantener la moderación salarial para que el esfuerzo competitivo que están llevando a cabo las pequeñas y medianas empresas se traduzca en más empleo y bienestar para el conjunto de la economía".
Un esfuerzo competitivo que también se ve perjudicado, dijo, porque "el conjunto de los costes sociales que soportan nuestras empresas es hasta un 30 por ciento superior al de nuestros socios europeos", mientras que los costes energéticos "en gran medida por cuestiones políticas y ajenas a la generación, la distribución y el transporte de la energía, son también muy superiores".
Es por ello que no dudó en pedir a los partidos políticos que concurren a las próximas elecciones que incluyan en sus programas una rebaja de las cotizaciones y sociales, e incluso se atrevió a anunciar que "animaría a mis asociados a que votaran a ese partido".
Rebajar Sociedades
Especialmente crítico fue el dirigente empresarial con la maraña legislativa de las comunidades autónomas y con la reforma fiscal del Ejecutivo que "no se orientó ni en tipos ni en incentivos a atender las necesidades de las pymes".
En este punto pidió rebajar el tipo del 25 por ciento del Impuesto sobre Sociedades, "a un tipo del 15 al 20 por ciento para las empresas de menor dimensión", al tiempo que calificó de "gravamen confiscatorio a los impuestos de Sucesiones y de Patrimonio "que limitan la capacidad de inversión y la creación de empleo de los pequeños y medianos empresarios".
Aquí, Garamendi hizo un guiño a Esperanza Aguirre al afirmar que "los de Bilbao tenemos la potestad de nacer donde queremos y ahora, y en este caso concreto, para pagar menos impuestos no me cabe duda de que hubiera elegido Madrid".