El Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas va despejando lentamente las dudas que generó desde su nacimiento a medida que progresa su tramitación legislativa. Los ministros de Finanzas de la UE, el llamado Ecofin, acordaron ayer su posición de cara a las negociaciones que empezarán el 22 de abril con el Parlamento Europeo.
Mientras los ministros discutían el conocido como plan Juncker, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, anunció que el instituto de crédito italiano aportará 8.000 millones al nuevo fondo de inversión europeo, la misma cantidad que han prometido Alemania y Francia. A pesar de la robustez de la recuperación española, de la que presumió ayer de nuevo el ministro de Economía, Luis de Guindos, nuestro país no tiene intención de aumentar su contribución de 1.500 millones al plan.
Guindos asegura que la cuestión "no es tanto la cantidad, sino que sea una cifra realista y aplicable". No obstante, fuentes de su Ministerio comentaron que los 1.500 millones que España aportará a través del ICO son una cifra "indicativa", por lo que no cierran la puerta a contribuciones futuras si fueran necesarias.
60.000 millones de partida
Las aportaciones nacionales ayudarán a elevar los 60.000 millones de partida, procedentes de fondos europeos, hasta superar los 315.000 millones de euros que se marcó como objetivo la Comisión.
Aunque otros países han indicado su intención de contribuir, como Austria, la principal inyección provendrá del sector privado. Para ello, los responsables de Finanzas de los 28 insistieron ayer de nuevo en garantizar que no habrá interferencias políticas en la selección de proyectos, que financiará en hasta un 20% el fondo europeo. Sin embargo, Alemania, Reino Unido y Holanda se mostraron ayer preocupados por la posible politización del fondo tras las negociaciones con el Parlamento.
En su opinión, la intromisión de intereses políticos podría espantar a los inversores privados. La Eurocámara quiere aumentar su voz en la gestión del fondo, que hasta ahora descansa en manos de representantes de la Comisión, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y expertos independientes. Al proceder la mayor parte de fondos iniciales del Presupuesto comunitario, la Eurocámara "necesita estar apropiadamente involucrada en las estructuras de gobernanza para controlar el uso eficiente de los recursos europeos", dice el borrador del informe con la posición de la Eurocámara, visto por elEconomista, y que aún debe ser aprobado el 20 de abril.
Para ello, los eurodiputados demandan que el acuerdo de gestión del fondo reciba su consentimiento. También reclaman para ellos la aprobación del director del comité de inversión, el grupo de expertos independientes que elegirá los proyectos. Finalmente, quieren que el BEI, pieza clave en la gestión de este fondo, informe semestralmente no solo a la Comisión, como estaba inicialmente previsto, sino también al Parlamento y los Estados. Las negociaciones "serán complejas y algunas veces difíciles" reconoció el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, y responsable del plan, Jyrki Katainen. No obstante, el finlandés se mostró confiado en que el plan pueda recibir el visto bueno final a finales de junio, para que empiece a financiar proyectos a la vuelta del verano.
Las contribuciones nacionales provienen de los ICO nacionales. De esta manera, las capitales consiguen un control más directo en el destino de los fondos que aporten. La saga griega se coló ayer también en la reunión del Ecofin. Los ministros tenían la mirada puesta en el arranque hoy de las discusiones técnicas entre el Gobierno heleno y la anteriormente conocida como la troika que tendrá lugar tanto en Bruselas como en Atenas.