Economía

EEUU pierde turistas y Oriente Próximo los gana

Tras el 11-S, España desbancó al gigante americano como segundo destino mundial. Foto: eE.
Diciembre de 2001, tres meses después del 11-S: el turismo mundial cae un 11 por ciento y lo hace en todas las regiones, especialmente en el continente americano (-24 por ciento) y Oriente Próximo (-30 por ciento).

Las cancelaciones se disparan: sólo en Japón se anularon 750.000 billetes de avión en las cuatro semanas posteriores a los atentados. Las compañías aéreas anuncian despidos masivos: Boeing prescindió tras el 11-S de 30.000 trabajadores. Y capitales del turismo como París o Roma ven cómo la ocupación de sus hoteles cae entre un 20 y un 30 por ciento.

Son algunas cifras de la Organización Mundial del Turismo (OMT) que muestran la crisis a la que se tuvo que enfrentar el sector, nunca antes conocida. Hoy, cinco años después, se ha vuelto a la normalidad, pero es innegable que los fatídicos atentados de las Torres Gemelas de Nueva York marcaron un punto de inflexión para el turismo mundial y una redistribución del sector que aún hoy perdura.

España supera a EEUU

Pasado el bache de 2001, cuando las llegadas de turistas cayeron por primera vez desde 1982 con un descenso del 0,9 por ciento, el turismo mundial se recuperó con subidas continuas que se espera que en 2006 ronden el 4 por ciento. Pero ni la forma de viajar ni los destinos favoritos son los mismos que a principios del siglo XXI, ya que el ataque a las Torres afectó de forma desigual.

El mejor ejemplo de ello es que tras el 11-S, España desbancó a Estados Unidos como segunda potencia turística mundial, puesto que aún ocupa tras el indiscutible liderazgo de Francia. Y es que por destinos, la tierra de los sueños fue la zona más afectada por los atentados de Al Qaeda. Si se comparan los datos de la OMT entre 2000 y 2004, Norteamérica - que para esta organización internacional incluye EEUU, Canadá y México- es la única región que registró descensos en el número de visitantes, con una caída del 1,6 por ciento.

Lenta recuperación

De estos tres países, las bajadas más notables se dieron en el gigante americano, que aún no ha recuperado la marca de los 51 millones de visitantes que recibió en el año 2000. Desde el 11-S, Estados Unidos ha registrado paulatinos descensos hasta 2004, año en el que se inicia una ligera recuperación con 46 millones de turistas que aún hoy perdura.

Según las estimaciones iniciales de la OMT, 2005 se cerró con poco más de 49 millones de visitantes. Estos descensos contrastan con la subida del 9,5 por ciento que conoció Oriente Próximo como región entre 2000 y 2004. Si bien al inicio de este periodo los países de la zona pagaron los estragos del miedo a todo lo que tuviera una relación con el mundo árabe, en el cómputo total de estos cuatro años países como Siria, Jordania o Yemen han conocido aumentos de entre el 16 y el 39 por ciento.

¿Por qué este contraste entre la caída del turismo hacia Estados Unidos y el resurgir de Oriente Próximo? Los expertos coinciden en que la psicosis de viajar a EEUU en plena crisis de seguridad perduró en el tiempo debido a los coletazos que trajo consigo el 11-S, como el miedo al terrorismo químico que provocaron los ataques con Antrax.

Alternativas con otro sabor

Al mismo tiempo, se despertó un interés general por el mundo oriental y árabe que benefició a las arcas de países donde hace unos años era casi un lujo poder viajar. "Antes, de cada diez personas que entraban en una agencia de viajes, como mucho dos querían ir a algún país árabe", afirma Marta Ramos, dela agencia de Viajes Iberia.

Pero ha sido sobre todo la guerra de precios que han llevado a cabo durante estos años países como Turquía, Túnez o Egipto la causa de los crecimientos del turismo en países donde el terrorismo es una amenaza constante. De hecho, sólo unos pocos destinos como Dubai, en los Emiratos Árabes, despuntan por sus altos precios. Los de Estambul, sin embargo, son irrisorios. Viajar siete días a la capital cuesta entre 250 y 350 euros, según la temporada, avión y hotel incluido. Hace unos años, sólo volar hasta allí costaba eso y el alojamiento no era bueno.

Una semana en Marruecos: 150 euros

Otro de los destinos cuyos precios más fluctúan es Egipto. La región, objeto de ataques terroristas en sus enclaves más turísticos, es muy competitiva durante todo el año, sobre todo en el mes de diciembre: alrededor de 450 euros una semana, con crucero incluido. Hace diez años, un viaje de esas características hubiera costado el doble. Su vecina Marruecos, en especial Túnez, es también un auténtico chollo (150 euros una semana).

También el euro ha favorecido esta situación. "Aunque los precios de los paquetes han repuntado, la mayor fuerza de la moneda europea frente al dólar ha permitido que hayan quedado muy igualados", afirma Matilde Torres, vicepresidenta de la Federación Española de Agencias de Viajes.

Junto a los bajos precios, muchos de estos países diseñaron serias estrategias para fomentar la llegada de turistas. Por ejemplo, las autoridades egipcias además de reducir en un 50 por ciento las tarifas hoteleras en los meses posteriores al 11-S y en un 15 por ciento las tarifas de la compañía aérea nacional, Egyptair, permitieron la entrada de viajeros de la UE sin pasaporte, e incluso se planteó liberar de impuestos las compras de turistas.

Viajar sin trabas

Esta política en favor del turista contrasta con las trabas que se encuentran quienes quieren viajar para conocer el Empire State, el Capitolio o Disneylandia. Además de las férreas medidas de seguridad en los aeropuertos, cada vez son más los requisitos para conseguir el visado y cada vez es mayor el tiempo que se tarda en obtenerlo.

"A EEUU el turismo extranjero le importa poco, no lo necesita, ya que mueve mucho dinero gracias al turismo de negocio, lo que explica que se manejen unos precios en los hoteles norteamericanos inimaginables sea temporada alta o no", añade la vicepresidenta de la Federación Española de Agencias de Viajes. Y esto explica que pese a su descenso del puesto número dos al tres en el ranking de los principales destinos turísticos mundiales, Estados Unidos sigue siendo líder en cuanto a ingresos turísticos.

No obstante, según Matilde Torres, en 2006 "EEUU ha sido un destino de relevancia importante porque se ha notado un boom en la demanda". La ventaja que ofrece el gigante americano es "que nunca hay dos viajes iguales", en palabras de Torres, que sumado a todo lo que representa este país, le convierte en uno de los países más solicitados.

Nueva forma de viajar

Además de ciertos cambios en el reparto de los destinos internacionales, los atentados del 11-S trajeron consigo a largo plazo una nueva forma de viajar. "Supuso un punto de inflexión y el comienzo de una nueva situación", explica Torres.

Justo después de los atentados de Al Qaeda, viajes más cortos y a lugares más cercanos eran la tónica general. Cinco años después, se mantiene esta tendencia a realizar viajes más breves en cuanto a su duración, pero más continuos. Es decir, viajamos más pero menos tiempo. Y en ello han tenido mucho que ver las compañías aéreas de bajo coste, también conocidas como low cost. "Está cambiando la forma de decisión. Ahora ya no pensamos 'quiero ir a Berlín', sino 'he encontrado un billete muy barato a Berlín, nos vamos el fin de semana", afirma Matilde Torres.

Además, cada vez se viaja más fuera de temporada para aprovechar las ofertas y quienes deciden emprender un viaje largo están bien informados. Y es que como dijo el magnate del turismo británico Tomas Cook, "las vacaciones ya no son un lujo, sino una parte esencial de la vida".

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