
El ministro de Economía griego, Yanis Varoufakis, ha declarado que Grecia iniciará en los próximos días un proceso de negociación de su deuda con cada una de las instituciones acreedoras. Lo hará por separado y nunca con los "tecnócratas" de la 'troika'. En ese proceso, Atenas no pedirá préstamos adicionales y se da de plazo hasta final de mes para anunciar una propuesta detallada y seis semanas a partir de ese momento para obtener un "acuerdo razonable". Varoufakis justificó una renegociación de la deuda de su país con el argumento de que tiene que romper con la dependencia que padece con los créditos exteriores, que han sido un fracaso.
Varufakis, en rueda de prensa en París con su homólogo francés Michel Sapin, y con ánimo conciliador, ha anunciado también que está gestionando una reunión con las autoridades alemanas, a concretar en un plazo de 24 horas, y que ya ha comenzado a debatir el futuro económico de Grecia con el Fondo Monetario Internacional.
"Durante las negociaciones", ha declarado Varoufakis, "no aceptaremos más préstamos y queremos que el Banco Central Europeo mantenga las provisiones de liquidez, como ya ha sucedido antes". Además, el ministro se mostró escéptico con el programa de inversión diseñado por la Unión Europea y estimado en 315.000 millones de euros: "Es una buena idea pero no es suficiente", ha aseverado.
No tratará con la troika
Por otra parte, el titular griego reiteró su negativa a tratar con la troika, a la que calificó de un grupo de "tecnócratas", pero aseguró que está dispuesto a negociar con cada una de las instituciones que la componen, el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea.
De hecho, anunció que en los próximos días va a mantener contactos con todas ellas, y que también va a visitar algunas de las capitales europeas, entre las que citó Berlín, Madrid y Helsinki, tres de los países que más firmemente se han manifestado contra una nueva quita.
Insistió en el mensaje de que su país ha vivido en los últimos años "como un toxicómano" que sólo espera su próxima dosis, en este caso el próximo paquete de ayuda internacional que se ha ido a "un pozo sin fondo", y por eso quiere prescindir de nuevos préstamos mientras no se pongan en marcha las reformas que eviten que esa situación continúe.
Por eso dijo que lo que pretende es "un nuevo contrato entre nosotros y Europa" porque el actual "les cuesta demasiado caro" también a los otros socios europeos.
Sin entrar en detalles, comentó que se trataría de que los reembolsos de la deuda estuvieran vinculadas al crecimiento de la economía griega.
Francia se presta para ayudar a lograr un acuerdo
Por su parte, el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, se ha ofrecido para colaborar con el nuevo Gobierno griego en su intento de lograr un acuerdo con sus acreedores de la 'troika'. Para Sapin, es legítimo que Atenas esté preocupada por la carga que supone la deuda y busque aliviarla.
"Sí, la deuda ha sido una cuestión, entre otras", ha afirmado Sapin en rueda de prensa conjunta tras una reunión con su homólogo griego, Yanis Varoufakis. En cualquier caso, Sapin ha dicho que Francia está abierta a dialogar sobre cómo aliviar la carga de la deuda, pero no puede aceptar su cancelación.
Para conseguirlo, Sapin ha pedido al Gobierno griego que los próximos días sean "tranquilos" para preparar las herramientas y construir un programa de reformas.
Sapin ha señalado que el lugar de Grecia está dentro de la eurozona y cualquier nuevo acuerdo con Grecia debería contemplar continuar con las reformas estructurales que el país esté dispuesto a realizar. Así, ha apuntado a la necesidad de reconstruir la competitividad y retomar el crecimiento en Grecia.
Durante la rueda de prensa, Sapin también ha aprovechado para destacar la importancia de las relaciones franco-alemanas, en particular en lo que respecta a la búsqueda de una solución para Grecia.