Economía

Tsipras busca un pacto que vincule el pago de deuda al crecimiento del PIB

  • El nuevo ministro de Finanzas abre una ronda de reuniones
  • Los depósitos bancarios en el país heleno caen un 6%

Los objetivos del Gobierno de Syriza en cuanto al vital tema de la deuda pública griega empiezan a tomar una forma cada vez más concreta. En esta dirección han ido las visitas oficiales a Atenas del presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz, y la de hoy del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que, aunque no van a negociar sino más bien a encontrarse por primera vez con el nuevo Gobierno, su presencia en la capital griega, sin embargo, hace que los asuntos económicos estén en primera línea. Así afectaría la reestructuración en España.

En su encuentro de hoy con Jeroen Dijsselbloem, el nuevo ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, reiterará la intención de Syriza de establecer un nuevo nivel de debate y de negociación con los socios internacionales. ¿Sacrificar a Grecia para salvar a España?

En el núcleo de dicho debate está el objetivo del Gobierno de Alexis Tsipras de conseguir un acuerdo provisional entre las dos partes, un pacto que vincule los acuerdos ya hechos entre Grecia y la troika con un nuevo consenso. Entre los componentes clave del pacto provisional que propondrá Atenas a los acreedores, estará la limitación de los altos objetivos establecidos para los superávits primarios de los próximos años y la vinculación del pago de la deuda pública al crecimiento anual de la economía griega, de modo que el pasivo se financie por el crecimiento y no por los Presupuestos. Grecia y Rusia se tiran los tejos.

Una deuda 'congelada'

Esta última meta de Atenas implica que el país no pagaría los bonos que venzan si no se logra el objetivo de crecimiento del PIB (un fin que queda por establecer), y la deuda se congelaría y se trasladaría a lo largo del tiempo.

Es una de las herramientas que el Gobierno griego pondrá sobre la mesa, una medida imposible de combinar con las decisiones que los propios acreedores tomarán al respecto (un posible alargamiento de los plazos de amortización o suavizar los tipos de interés). Grecia enfada a los más pobres de la UE.

No obstante, dado que las previsiones indican un crecimiento entre el 2 al 2,3% para la economía griega en 2015, eso obligará a Grecia a pagar con normalidad las cuotas programadas y los bonos que venzan en breve, que no son pecata minuta. El 6 de febrero vencen bonos griegos por valor de más de 1.000 millones de euros, y el 13 del mismo mes Atenas tendrá que refinanciar bonos de 1.400 millones, mientras que el 16 de febrero se reúne el Eurogrupo, donde Grecia debe aclarar si quiere solicitar otra prórroga de las ayudas de la UE, que vencen el día 28 de ese mes.

También en marzo Grecia tiene que devolver un préstamo del FMI de 1.420 millones de euros y pagar 800 millones en intereses, mientras que en julio y agosto deberá abonar unos 6.700 millones por bonos que vencen, y que están principalmente en manos del Banco Central Europeo.

Tsipras afronta en poco tiempo muchas obligaciones. A eso ha contribuido el alarmismo de los últimos dos meses, que en parte continúa, tal como indican la evolución de la Bolsa de Atenas y las especulaciones sobre una fuga de depósitos de los bancos griegos.

De acuerdo con los datos del Banco de Grecia, en diciembre se sacaron unos 4.000 millones, 2.200 millones por empresas y 1.800 millones por ahorradores particulares, quienes redepositaron 1.000 millones en cuentas de ahorro, con lo cual la fuga disminuye a los 3.000 millones.

En enero se sacaron de los bancos otros 10.000, pero hay que destacar que, a partir del lunes, primer día tras el cambio de Gobierno, se redepositaron unos 500 millones. En todo caso, las pérdidas registradas en los depósitos ascienden a un 6%, una cifra que no se puede comparar con la de 37% que se registró en 2012.

Recuperar funcionarios

El viceministro de Reforma Administrativa, Yorgos Katrúgkalos, afirmó que se volverán a contratar los empleados públicos despedidos inconstitucionalmente por los anteriores Gobiernos. Se trata de unas 2.500-3.500 personas, principalmente guardias escolares, profesores de escuelas técnicas y limpiadoras del Ministerio de Finanzas. Katrúgkalos defiende esta acción indicando que los fondos para la contratación ya se incluyen en el presupuesto del Estado, que preveía la contratación de unos 15.000 empleados públicos en 2015.

Una petición fundamental del Gobierno de Syriza hacia los interlocutores internacionales es la convocatoria de una conferencia internacional sobre la deuda. La iniciativa se incluye en el programa electoral de Syriza, se ha expresado en varias ocasiones y sobre ella insistirá de forma oficial el nuevo ministro de Finanzas, Yanis Varufakis durante su reunión con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el director del Euro Working Group, Thomas Wieser.

Varufakis y Syriza subrayan la necesidad inmediata (la propuesta es para mayo) de la convocatoria, indicando que el objetivo es llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes y no afecte a los ciudadanos-contribuyentes de los países de Europa.

Aparte de la reunión de hoy con Dijsselbloem, Varufakis abre el domingo una ronda de reuniones con varios ministros de países de la Unión Europea, primero en Londres, donde se encontrará con el ministro de Economía, George Osborne, y el próximo martes en Roma con su homólogo Pier Carlo Padoan. De momento no ha habido contacto oficial con ningún miembro del Gobierno alemán, ni con el mismo ministro de Finanzas, Wolf- gang Schäuble.

El temor del mercado al impago

La jornada de este jueves en los mercados puso de manifiesto una realidad que se venía sospechando en las últimas semanas: los inversores creen que la deuda griega que vence en la legislatura actual es la que tiene mayor riesgo de impago. Tanto, que los inversores exigen a los títulos a 3 años más de el doble de rentabilidad que a los bonos a 3 décadas, una situación insólita. En concreto, la deuda a 3 años del país superó este jueves el 17,2% de rentabilidad, mientras que el 30 años paga un 8,45%. Este bono a un trienio 'apenas' pagaba un 6% hace poco más de un mes. Esta discrepancia entre los títulos de medio y de muy largo plazo muestra el temor del mercado a un impago en esta legislatura, lo que provocó que los bonos con vencimientos hasta 5 años subiesen en rentabilidad (cayesen en precio) y todos los superiores a 10 años corrigiesen en rentabilidad.

Este descenso, unido al avance del bono alemán, permitió relajar la prima de riesgo helena en 17 puntos básicos, por lo que se aleja un poco del nivel psicológico de los 1.000 puntos. Por su parte, la Bolsa de Atenas vivió su primera jornada alcista desde la victoria de Alexis Tsipras. Después de sufrir un desplome del 15,4% entre el lunes y el miércoles, el selectivo del país, el Ase, avanzó un 3,16% en la jornada de este jueves.

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