
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, ha dado la bienvenida al anuncio de Mario Draghi y el Banco Central Europeo de iniciar en marzo una compra mensual de deuda por valor de 60.000 millones de euros.
"Damos la bienvenida a las medidas anunciadas hoy, que reforzarán robustamente la política acomodaticia del BCE", señaló Lagarde en un comunicado. En el mismo, la mandamás del Fondo dijo que la expansión del balance de la institución "recortará el coste del crédito en toda la zona del euro, aumentará las expectativas de inflación y reducirá el riesgo a un periodo de baja inflación".
Al mismo tiempo también señaló que estas medidas apoyan el mandato y la estabilidad de precios del Banco Central Europeo. Dicho esto, volvió a reiterar que estas medidas acomodaticias deben reforzarse con un compromiso político dentro de la eurozona encaminadas a la implantación de más reformas estructurales que fomenten el crecimiento potencial y aseguren el apoyo político y la demanda de gestión.
Recordemos que Lagarde apoyó la idea de una expansión monetaria en forma de alivio cuantitativo, véase compra de bonos soberanos, que comparta tanto riesgo como pueda entre sus miembros. "Mientras más eficiente sea, mientras haya más mutualización, mejor", dijo la guardiana del Fondo, en una conferencia de prensa a comienzos de esta semana tras ser consultada sobre la idea de que bancos centrales individuales asuman la responsabilidad por pérdidas sobre sus bonos nacionales.

Un mensaje que ya reiteró la semana pasada durante un discurso en el Council on Foreign Relations, donde puso de manifiesto que "en la zona del euro, el petróleo barato contribuye a la caída de las expectativas inflacionistas, que incrementa el riesgo de deflación". "Esto sienta la base para un estímulo monetario adicional, que el BCE ya ha indicado que está listo para aplicar", añadió.
Durante la presentación de la última revisión de las Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) presentadas en Pekín el pasado martes, el economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, indicó que el "riesgo más evidente incluye el estancamiento de la zona euro". Al fin y al cabo, salvo a excepción de España, los funcionarios de la institución rebajaron sus previsiones tanto para el conjunto de la eurozona como para grandes economías como Alemania, Francia e Italia.
Con una expansión del 1,2 por ciento este año y el 1,4 por ciento el año que viene, la zona del euro sufrió una rebaja motivada por el debilitamiento alemán, que sólo avanzará un 1,3 por ciento en 2015, y nuestros vecinos galos, donde el crecimiento se sitúa en el 0,9 por ciento. Es por ello que España se postula como la clara locomotora de la eurozona con una economía que llegará a tocar el 2 por ciento este año. Eso sí, con muchos matices.