
La mayor economía del mundo mantuvo su expansión durante los últimos coletazos del año pasado pero la caída en los precios del crudo ha comenzado a debilitar algunas regiones de Estados Unidos. Al menos eso ha advertido la Reserva Federal en la publicación de su Libro Beige, donde indicó que las 12 regiones que supervisa siguen experimentando un crecimiento de "modesto" a "moderado". Aún así, el abaratamiento de los precios del petróleo se ha convertido en un arma de doble filo para la economía del país ya que supone un estímulo para los consumidores pero un problema para el sector energético.
De ahí que la Reserva Federal de Dallas indicase que las compañías relacionadas con el crudo hayan proyectado congelaciones en sus contrataciones e incluso despidos para enfrentar una caída de la demanda de entre el 15 y el 40 por ciento. "Las previsiones para la primera mitad de 2015 son extremadamente inciertas y significativamente más débiles que nuestro anterior informe", aseguraron los funcionarios del banco central de la región.
En el distrito de Kansas City, que sólo registró un tímido crecimiento en diciembre, las previsiones de exploración y explotación de pozos petrolíferos, así como las inversiones en el sector energético fueron revisadas a la baja. De hecho, algunas compañías petroleras señalaron dificultades a la hora de encontrar financiación para sus operaciones.
Un mensaje cauto que llegó acompañado del dato decepcionante de ventas minoristas de diciembre, que registraron una caída del 0,9 por ciento en el último mes del año. Un hecho que llegó fomentado por una serie de factores. Por un lado los consumidores optaron por realizar sus compras navideñas durante los meses previos, de ahí que la cifra de noviembre fuera extremadamente positiva, con un incremento del 0,4 por ciento. Por otro, parece que la caída en el precio de la gasolina no llegó a poner más dinero en los bolsillos de los estadounidenses a finales de 2014.
Si dejamos de lado la venta de automóviles, materiales de construcción y de gasolina, la caída fue algo menor, de alrededor del 0,4 por ciento sin embargo fue suficiente para que algunos analistas rebajasen sus previsiones tanto en las proyecciones de gasto del consumidor como de crecimiento. "Las ventas minoristas indican que el gasto del consumidor quedará por debajo de las expectativas", señaló Chris G. Christopher, economista de IHS Global Insight. "Hemos rebajado nuestras proyecciones para el gasto de los consumidores en el cuarto trimestre del 4,1 por ciento al 3,5 por ciento", señaló.
En este sentido, tanto Morgan Stanley como JP Morgan Chase fueron algunos de los bancos que modificaron a la baja sus previsiones de crecimiento para los tres últimos meses de 2014. En el caso de Morgan Stanley, el dato de ventas minoristas hizo que la entidad recortase en tres décimas su previsión de crecimiento hasta el 4,1 por ciento, mientras que J.P. Morgan rebajó su proyección para el PIB del cuarto trimestre hasta el 4,3 por ciento, cuatro décimas menos de lo esperado.
Pese al decepcionante dato de ventas minoristas de diciembre, la Federación Nacional de Minoristas indicó que la temporada de compras navideñas acumuló un incremento de ventas del 4 por ciento hasta los 616.100 millones de dólares, ligeramente por debajo de lo previsto. Aún así, esta subida es la mayor de los últimos tres años. Desde la Fed, su Libro Beige puso de manifiesto que la región de Nueva York registró una temporada de ventas navideñas más débil de lo previsto.