Economía

Niño Becerra: "Todo lleva a una concentración de la riqueza para quienes cuentan con el capital"

Santiago Niño Becerra | Foto de archivo

El Catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, Santiago Niño Becerra, cree que nos dirigimos hacia una nueva era en la que los poseedores del capital tendrán casi toda la riqueza, tal y como pronostica el economista francés Thomas Piketty en su libro 'El Capital en el Siglo XXI'.

Becerra explica en La Carta de la Bolsa que en Europa "las unidades de producción y las empresas fueron optimizando sus procesos productivos a fin de mejorar la productividad para ganar competitividad, pero eso inyectó en el mercado de trabajo una tendencia hacia el desempleo-subempleo y en una caída-congelación de los salarios".

Esta situación ha creado una exceso de oferta y excedentes que combinada con la deriva del consumo provocan una situación de sobre-oferta que nos lleva a la situación deflacionaria que vive Europa: "Deflación en Europa no, situación deflacionaria sí", señala Becerra.

Dentro de este contexto, a los Estados de Europa les cuesta mantener la recaudación fiscal sin incrementar los impuestos, de modo que los gobiernos han tenido que recortar el gasto público para cumplir con los objetivos de déficit: "No hay fondos suficientes para obra pública ni para pagar a empleados públicos, ni la sanidad, ni subsidios".

El catedrático explica que esto "a nivel social se traduce en más desigualdad. Y el conjunto lleva a una concentración de la renta y de la riqueza en quienes ya cuentan con el poder del capital porque son quienes tienen posibilidades para maniobrar en ese escenario discreto".

Las consecuencias de esta situación son graves. Además del estancamiento económico, esto supone "el fin de la clase media... Profesionales muy específicos pueden percibir remuneraciones estratosféricas y la venta de biene de lujo puede ser muy elevada, pero esa situación convivirá con rentas de subsistencia, con un tercio de la población excluida y con situaciones de pobreza propias de un país subdesarrollado".

Para culminar, Becerra cree que el BCE no puede hacer nada que no sea alargar el final de la situación: "Todo se arregla comprando cantidades astronómicas de deuda pública, cuando en realidad eso sólo es una anfeta que prolonga cien metros más un esfuerzo que cada vez vale menos".

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