
La gran fiesta del Orgullo Gay ya está en Madrid. El miércoles por la noche tuvo lugar el pistoletazo de salida, pero la cita central la será la manifestación que recorrerá las calles de la capital esta tarde. Sin duda, lo mejor está por llegar para los que acudan en Madrid y, también, para quienes sacarán tajada de ese millón de visitantes que se espera este año, según el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam).
Echando la vista atrás, las cifras hablan por sí solas: Madrid ingresó en los cinco días grandes de 2007 -en los que se sumaron al evento 2,7 millones de personas por la celebración del Europride- un total de 200 millones de euros en concepto de alojamientos, comidas, alquileres de coches y compras esporádicas. El transporte aéreo no entraba en el cupo de un gasto medio que respondía a tres perfiles: el de los madrileños, el de los nacionales trasladados a la capital y el de los extranjeros (que fueron más del 30 por ciento).
Sin embargo, este año la caja estará más cercana a los 120 ó 130 millones de euros que se ingresaron en 2006, un ejercicio en el que Madrid no acogió la cita oficial europea, apunta Víctor Huertas, responsable de la agencia Método Helmer, encargada del márketing del Día del Orgullo entre 2005 y 2007.
¿Tendrá impacto la crisis?
Sobre si se notará o no la crisis en la celebración multicolor hay pocas discrepancias entre las asociaciones organizadoras y los comerciantes que llevan años haciendo su agosto con esta cita anual: la mayoría coincide en señalar que se unirá a la fiesta el mismo número de participantes que otras ediciones anteriores pero, eso sí, serán más austeros a la hora de consumir y gastar en las tiendas del centro de la capital.
Huertas llama la atención a este respecto sobre cómo la desaceleración se nota este año, no tanto en cuanto al consumo, como en "la inversión de los patrocinadores".
¿Otros intereses?
La principal polémica en esta edición radica en el cambio de fecha de la celebración que este año coincidía con el día que históricamente nació el Orgullo Gay . Corría un 28 de junio de 1969. Sin embargo, la cita se retrasó una semana por las exigencias de los colectivos de fuera de Madrid, lo que no ha dejado indiferente a algunas organizaciones y particulares. Desde la Confederación Española de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales, su presidente, Rafael Salazar, cuestiona que el día final de la celebración coincida con el Congreso Nacional del PSOE.
En esta misma línea, se posiciona el periodista Luis Margol, que critica que los intereses del secretario de movimientos sociales del PSOE, Pedro Zerolo, están detrás de este cambio en el calendario que, además, hace coincidir los actos con el festival Rock in Río.
"Cogam es un lobby político dirigido por el PSOE e IU que deja de lado la reivindicación y los derechos humanos", argumenta Margol que, además critica que este colectivo responde al de un "buscador de rentas" que se beneficia de las ayudas del Ayuntamiento de Madrid y que decide con quién tienen que contratar servicios y distribuidoras los locales del barrio gay más popular de Madrid.
El responsable de Método Helmer pone también encima de la mesa el "desconcierto generalizado" que supuso el cambio de fecha y "el fallo a nivel estratégico".
Días de fiesta
Aunque las fiestas se extenderán durante diez jornadas, los días grandes serán cinco. ¿Su coste? Los actos principales celebrados en la zona de Chueca -que echarán el cierre el domingo por la noche- superan el medio millón de euros, exactamente 522.000 euros, según el presidente de Cogam, Miguel Ángel González.
Este año el presupuesto para dar vida a la fiesta de Chueca ha disminuido alrededor de 30.000 euros, según datos facilitados por la anterior presidenta del colectivo, Miriam Navas. Una vez más, esta bajada responde a que en 2007 Madrid acogió la Europride.
La organización que desarrolla las tareas de coordinación este año está englobada por Cogam y la Federación Española de Lesbianas, gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), que trabajan para cubrir todos los gastos con la ayuda de sponsors y de voluntarios. Este año han batido todos los récords, reuniendo a 300 jóvenes que se han volcado en el proyecto, esto es, un 80 por ciento más de los que ayudaron el pasado año.
El adorno es caro
La suma de gasto engorda con rapidez y no sólo por la movida festivalera que se produce en la zona, sino por el manifiesto como tal. La tarde de hoy se lleva el mayor pellizco con las carrozas que desfilarán por el recorrido que parte desde la Puerta de Alcalá y llega a la Plaza de España. Un total de 31 carrozas -17 menos que el año pasado- a una media de 12.000 euros por cada una, supone un gasto de 372.000 euros que asume cada organización. Entre ellas, hay de todo, empresas dedicadas al sector de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (Lgtb), empresas que no tienen nada que ver y, también, partidos políticos y asociaciones.
Abrirá el festival la carroza patrocinada por el PSOE, le seguirán la de IU y la de CCOO. Después, saldrán las patrocinadas por empresas dedicadas al sector Lgtb y cerrarán empresas como Google.
150.000 euros para actos
Para el resto de la fiesta que acontece ya en Chueca se ha presupuestado un total de 150.000 euros con los que se cubrirán todos los actos sociales y culturales celebrados durante esta semana. Para cubrir este margen, las asociaciones cuentan con el apoyo económico de sponsors, entre ellos los que destaca el principal patrocinador, la empresa de bebidas Schweppes.
Según el presidente de Cogam, las asociaciones trabajan estos días para poder cubrir todos los gastos, ya que " el Ayuntamiento no pone dinero para la fiesta". Pero donde sí que contribuye el Ayuntamiento es en facilitar el escenario situado en la Plaza de España -donde se celebran los conciertos-, así como todos el equipo técnico esencial para llevar a cabo los conciertos y la seguridad de los actos.
Crisis en tiendas y bares
¿Y el consumo? A la espera de cómo se comporten las carteras de los asistentes y de la gente de paso este fin de semana, los comerciantes de mercados como el de Fuencarral, uno de los principales de la zona, ya notan que este año "se mira más y se compra menos".
Mientras, la Asociación Empresarial de Bares de Copas y Pubs de Madrid (Aebacom) espera un lleno en los próximos días con motivo de la cita multicolor, pero no total. "Seguramente se note la crisis", apunta su presidente José Luis Salazar, que recuerda que en los últimos meses la subida de las hipotecas se está notando en que la gente cada vez sale menos y si sale, se corta de cara a las penúltimas copas. "Se ha notado una caída del 20 por ciento, que sólo repuntó con motivo de las celebraciones de la Eurocopa", destaca.
Bares de ambiente reconocidos como el Gula Gula aseguran que lo notarán "poco", porque tienen aforo limitado y ya tienen overbooking todas las noches de los sábados y los domingos. Sin embargo, sí llaman la atención de que, a diario, han notado la crisis económica.
Por el contrario, un empresario que lleva más de 30 años en el negocio de ambiente gay difiere. Francisco Herrero, el propietario de Sauna Paraíso, el balneario de ambiente gay más conocido de Madrid, cree que las dificultades económicas actuales son más ajenas a este colectivo. "La crisis no les afecta por igual, no porque manejen más dinero, aunque sí se nota porque, por lo general, no tienen hijos. La razón: una de sus prioridades es divertirse y si tienen que pedir un préstamo para acudir al acontecimiento del año, lo hacen", recalca.
Coincide claramente con Miguel Ángel González, presidente de Cogam, que apuesta porque la asistencia sea multitudinaria pero que a la hora de consumir, los participantes en la fiesta tiendan a frenar su euforia.
Cartel de completo
Muchos de los hoteles de la zona cuelgan el cartel de completo o el de casi completo. Valgan dos ejemplos. La cadena hotelera High Tech, que tiene diez sedes en el centro de Madrid, sí nota una subida en la ocupación con motivo del Día del Orgullo : la habitual en estas fechas un fin de semana se sitúa en torno al 80 por ciento, y este fin de semana superará el 96 por ciento.
Sol Meliá, que también alcanza la decena de hoteles en las inmediaciones del barrio de Chueca, alcanzará una ocupación del 90 por ciento. "Aunque los bolsillos noten la crisis, los hoteles no lo notan, ha venido más gente que el año pasado", apuntan desde la cadena.