La suerte está echada en Grecia: a la espera de la tercera y decisiva votación para la elección de presidente de la República -hoy a las 11:00 del mediodía, hora española-, el personal político del país se mueve claramente en ritmos de campaña electoral, dado que todos reconocen (íntima o abiertamente) que es extremadamente difícil que haya fumata blanca, hoy, desde el Parlamento.
En este contextod e tensión, la bolsa de Atenas se ha llegado a desplomar más de un 7%, con lo mercados bursátiles temerosos de una hipotética llegada al poder de Syriza.
En la votación de la candidatura de Stavros Dimas, respaldada por Nueva Democracia y Pasok, los dos partidos que forman el Gobierno actual, busca reunir unos 180 votos positivos, de los 300 diputados en juego.
Teniendo en cuenta que en las dos primeras rondas de votación Dimas consiguió 160 y 168 votos, respectivamente, se hace evidente que encontrar otros 12 votos puede resultar una tarea más bien imposible. Si éste es el caso, si no se consiguen los 180 votos, el parlamento se ha de disolver, tal como dicta la Constitución vigente, y se convocarán elecciones parlamentarias.
Una nueva convocatoria
De hecho, hay círculos dentro del Parlamento heleno que sostienen que dicha convocatoria se puede anunciar de forma oficial incluso hoy mismo. Tanto es así que las fechas de 25 de enero o de 1 de febrero ya se han puesto sobre la mesa como posibles citas para unas elecciones anticipadas.
Unas pocas horas antes de la votación decisiva, hay unos cinco o seis diputados independientes que, a pesar de que se abstuvieron en las dos primeras votaciones, se considera posible que hoy cambien de opinión y apoyen la candidatura de Dimas.
En los círculos de la Nueva Democracia aprecian que el sí a Stavros Dimas puede reunir hasta 175 votos, indicando además que es importante que haya más votos positivos al principio del procedimiento, ya que esto convencerá a los diputados que vacilan, especialmente a aquellos cuyo nombre figura al final de la lista, que será leída por los escrutadores. Aún así, el número de los 180 sigue siendo inalcanzable.
El esfuerzo del Gobierno
Y es por este motivo que el primer ministro Antonis Samarás hizo durante el fin de semana un último esfuerzo para forzar un resultado bueno para su Gobierno. En su entrevista televisada (en la cadena pública), Samarás acusó de chantaje político a los partidos de oposición que no respaldan la candidatura de Dimas, e hizo un llamamiento a la responsabilidad histórica con la que se cargan los diputados que elegirán abstenerse.
Al mismo tiempo, la portavoz del Gobierno, Sofia Vúltepsi, ha venido reiterando durante los últimos días una posición un poco más extrema, según la cual si finalmente hay elecciones parlamentarias en Grecia, esto significará automáticamente un evento de crédito para los acreedores internacionales. Es interesante que nadie del Gobierno haya respaldado esta opinión, sin embargo.
Por otro lado, un momento llamativo de la entrevista de Samarás fue cuando expresó su convicción de que su partido ganará las elecciones. La opción de las urnas electorales ya deja de ser una simple opción e incluso el mismo Gobierno admite que estamos en vísperas de ellas. De hecho, fuentes parlamentarias informan de que el partido de Nueva Democracia ya ha preparado las listas con sus candidatos electorales casi para todo el territorio.
Por último, hay que subrayar algo de lo que se habla muy poco, incluso en la misma Grecia. La oposición de todos los partidos que no están en el Gobierno hacia la candidatura de Stavros Dimas a la presidencia de la República no tiene nada que ver con el personaje del exmiembro de la Comisión Europea, sino con las políticas aplicadas por el Gobierno que le propone.
Si en el lugar se Dimas se encontrase cualquier otro candidato, la postura de los partidos de oposición sería exactamente la misma. El objetivo es llegar a convocar elecciones, dado que la Constitución lo prevé. El nombre el candidato, fuese el de Dimas o de cualquier otro personaje, procedente incluso de la izquierda, es lo que menos pesa en este caso.
Última oportunidad para Samaras
