Economía

La divergencia entre EEUU y el resto del mundo en 2015 fomentará futuras recesiones y crisis financieras

Si algo ha quedado claro entre la marea de proyecciones realizadas durante las últimas semanas de cara al año que viene es que Estados Unidos se convertirá en el principal pulmón de la economía mundial. Con un mercado laboral que ha generado su mayor número de empleos de los últimos trece años y una economía que abandona el año creciendo por encima del 3 por ciento, el futuro a corto plazo se presenta prometedor.

"Tanto Estados Unidos como el resto de la angloesfera, Reino Unido y Canadá incluídos, se han convertido en el principal motor para el apoyo del crecimiento global", afirmaba Nouriel Roubini, presidente de RGE Economics y profesor de la Universidad de Nueva York, durante su última conferencia telefónica con algunos de sus clientes. "Dicho esto, los países mencionados sólo suponen un 30 por ciento del PIB mundial, por lo que su fortaleza es insuficiente para apoyar el crecimiento del resto del planeta", señaló.

De hecho, Roubini considera que el concepto de recuperación "global" está "muerto y enterrado". Un hecho evidente marcado por el estrés en China, la "euroesclerosis" y el distanciamiento de EEUU, como locomotora que deja atrás no sólo al Viejo Continente sino también a Japón. "La producción mundial ha quedado dañada por la crisis de 2008, la caída de la inversión y la trayectoria demográfica", alertó el presidente de RGE apuntando que el crecimiento del PIB mundial será menor y más frágil que en décadas anteriores. "Si tomamos como referencia la Paridad de Poder Adquisitivo, el crecimiento será del 3,1 por ciento", proyectó. De este porcentaje, los países desarrollados generarán el 2,1 por ciento y los emergentes alrededor del 4,7 por ciento.

"Esto significia que continuaremos registrando recesiones y crisis financieras periódicas", matizó Roubini. El contexto actual, donde los precios del crudo han tocado mínimos de los últimos cinco años se perfila como una inyección momentánea para el crecimiento. Desde Morgan Stanley, sus analistas, Adam Longson y Elizabeth Volynsky ya avisaron la semana pasada que "sin la intervención de la OPEP, los mercados corren el riesgo de enfrentarse a un desequilibrio, llegando a tocar techo con una sobredemanda en el segundo trimestre de 2015. Los precios seguirán cayendo en la primera mitad del año".

Un panorama similar al que observan desde RGE, donde Helen Henton y Rachel Ziemba esperan que los precios del petróleo "pongan a prueba nuevos mínimos" durante la primera mitad de 2015 antes de comenzar a recuperarse en la segunda mitad del año. "Los productores de crudo y las divisas emergente también tocarán nuevos mínimos en un momento en que los bancos centrales de países emergentes deciden medidas que permitan a sus respectivas divisas responder a estos shocks", avisan.

Esta situación se produce en un momento en que el Banco de Japón, el Banco Central Europeo y el Banco Popular de China llevarán la batuta a la hora de garantizar los estímulos monetarios. Aún así, desde RGE advierten que existe una alta probabilidad de que la Fed y el Banco de Inglaterra "podrían retrasar el inicio de la normalización monetaria debido a que el contexto mundial supone un un viento en contra y las presiones inflacionarias son benignas".

Mientras tanto, en la eurozona, la deflación podría presionar tanto a la deuda pública como privada, "lo que podría dar lugar a movimientos políticos heterodoxos próximos al poder", según los expertos de RGE. Con el BCE sondeando una compra de bonos soberanos, que para el consenso debería llegar a primeros de 2015, la economía de la eurozona podría generar una sorpresa positiva. "La recuperación de la zona euro continuará de forma lenta, con una modesta aceleración del 1,4 por ciento", asegura Nariman Behravesh, economista jefe de IHS Global Insight. "La política monetaria acomodaticia del BCE, el Banco Popular de China y el Banco de Japón no sólo apoyarán el crecimiento pero también podrían fomentar sorpresas postivas", añade.

Para los expertos de RGE, una de las preocupaciones más importantes llega desde China. Teniendo en cuenta los efectos adversos sobre el crecimiento de las próximas reformas, han revisado sus previsiones de crecimiento del PIB para 2016 hasta el 5,4%, mientras mantienen su proyección para 2015 en el 6,5%, muy por debajo del consento. En esta revisión juegan factores como la inesperada caída de los precios de las materias primas (especialmente el petróleo), que ha provocado una rebaja en las  previsiones de inflación para 2014 y 2015. "También hemos revisado nuestra tasa de interés de política, el balance fiscal del gobierno y la relación de la deuda soberana que refleja una postura más acomodaticia de las autoridades frente a la disminución del crecimiento del PIB", según estima Daili Wang, economista de RGE responsable de la economía asiática.

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