
Inversiones, pensiones, salario mínimo: los sabios suspenden a Angela Merkel en gestión económica y predicen un crecimiento más débil para este año y el próximo. Merkel se defiende y afirma que la política de su Gobierno no es culpable del enfriamiento de la coyuntura.
La canciller recibió ayer en Berlín el informe anual del Consejo Asesor sobre la Evaluación del Desarrollo Económico Global de manos de su presidente, Christoph Schmidt.
El prestigioso grupo de los "cinco sabios" económicos ha rebajado sus pronósticos de manera notable. Para 2015 esperan un crecimiento de un 1%, frente al 1,3% fijado anteriormente. Mientras, para este 2014 corrigieron su pronóstico desde el pasado 1,9% hasta el 1,2% actual. El responsable de la debilidad económica del país, según su informe, es el Gobierno de Merkel.
Tradicionalmente, el Ejecutivo alemán suele escuchar los consejos de este órgano consultivo que desde los años 70 evalúa la situación macroeconómica y emite propuestas para la política financiera. En los últimos años, sin embargo, las recomendaciones de los cinco profesores han sido más bien ignoradas. Y ayer Merkel oyó, pero no aceptó las críticas a su paquete de reforma de las pensiones y a la ley del salario mínimo. En este punto, la canciller se preguntó cómo es posible que una ley que aún no está en vigor (será en enero de 2015) "pueda provocar ya un debilitamiento en la coyuntura económica".
Elude cualquier culpa
Merkel, quien viaja hoy para reunirse con el G20, donde recibirá presiones para redirigir la política económica europea hacia los estímulos al crecimiento, está dispuesta a discutir con los sabios sobre sus consejos de manera "constructiva".
Reconoció que el crecimiento "se ha ralentizado en los últimos meses y semanas", algo que achaca a las crisis internacionales y no a sus políticas. "El Gobierno emprenderá algunas medidas para cambiar el rumbo", concedió, aunque no especificó cuáles. La semana pasada el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, anunció un programa de inversiones de 10.000 millones para estimular la economía.
Temor a una década perdida
El secretario del Tesoro de EEUU, Jack Lew, hizo ayer una parada en la ciudad de Seattle antes de poner rumbo a Brisbane, Australia. Escoltará al presidente Barack Obama y ambos presionarán en el G20 a los líderes de la eurozona para tomar medidas contundentes que reactiven la economía y eviten el estancamiento.
Lew atacó directamente a sus colegas en el Viejo Continente. "Las políticas de status quo en Europa no han logrado el objetivo común del G20 de un crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado", explicó. Lew reconoció los esfuerzos realizados por el Banco Central Europeo para "apoyar a la economía a través de una política monetaria acomodaticia" pero reconoció que esto no ha sido suficiente.
EEUU insta a los órganos europeos a tomar acciones decisivas para reducir los riesgos de un debilitamiento aún mayor. "El mundo no puede permitirse una década perdida en Europa".