La semana pasada supuso un cúmulo de fracasos en la avanzadilla privada de la conquista del espacio. El 28 de octubre, un cohete construído por la compañía privada Orbital Sciences Corp, explotó nada más poner rumbo a la Estación Espacial Internacional, un hecho que puso en duda la entrada de capital privado en las operaciones espaciales.
Poco después, el 31 de octubre, el SpaceShipTwo, una de las naves del fundador de Virgin Group, Richard Branson, que promete vuelos turístico al espacio a 250.000 dólares, sufrió un accidente que se cobró la vida de uno de los pilotos en un vuelo de prueba en el desierto de Mojave, California.
Sin embargo, el interés de empresarios como Branson, Jeff Bezos y Elon Musk acumula según la riqueza personal de este trio de multimillonarios, un colchón de más de 45.000 millones de dólares que hace las aventuras galácticas mucho más apetecibles. Aunque ninguno de los tres destinará la totalidad de su fortuna a conquistar el sector espacial privado, su poderío económico y su renombre pueden generar "expectación y atraer muchas inversiones", según explicaba al New York Times, Marco A. Caceres, analista de Teal Group.
Branson, con una fortuna aproximada de 4.900 millones de dólares, dijo no haberse dado por vencido en su hazaña por conquistar el espacio a través de Virgin Galactic y su oferta de vuelos turísticos tripulados fuera de la atmósfera terrestre. El modelo de esta empresa es una excepción, ya que no cuenta con un respaldo esponsorizado por dinero público. Pese a la mala pasada sufrida por el británico supone sólo un escollo en la obsesión de múltiples multimillonarios por conquistar las operaciones más allá del planeta Tierra.
Amazon vs Tesla Motors
Entre ellos destaca Jeff Bezos, el fundador de Amazon y fiel interesado en el espacio con una fortuna de más de 29.000 millones de dólares. En el año 2000 abrió las puertas de Blue Origin, en Kent, Washington, para desarrollar tecnología que facilite el acceso de los humanos al espacio, como cohetes de despegue vertical y vehículos de aterrizaje.
En 2012, Blue Origin recibió 22 millones de dólares por parte de la NASA, que busca abaratar su acceso al espacio, mientras que una alianza entre Lockheed Martin y Boeing eligió a la compañía de Bezos para desarrollar motores que podrían sustituir a los motores rusos en varias naves estadounidenses.
En la guerra por hacerse un hueco y conquistar una milésima parte de la galaxia también juega un importante papel el co-fundador de PayPal y el capitán de Tesla Motors, Elon Musk. En 2002 fundó Space Exploration Technologies Corp, acutalmente conocida como Space X, una compañía que diseña naves y cohetes espaciales. En 2012, la NASA contrató a esta empresa para el transporte de carga y eventualmente astronautas a la Estación Espacial Internacional por valor de 1.400 millones de dólares.
La compañía ha realizado desde entonces cinco vuelos a la misma, cuatro de ellos misiones oficiales de reposición. Además ha recibido otros 2.400 millones de dólares de la agencia espacial estadounidense para construir un sistema de transporte para astronautas durante los tres próximos años.