¿Eso que se ve son 'brotes verdes' o 'tallos marchitos'? De una recuperación incipiente e incontenible, los mercados financieros han pasado a preocuparse por una vuelta a la recesión. En el horizonte empiezan a aparecer las nubes negras de una nueva recaída, la tercera en seis años, sin embargo, antes de desencadenarse el temporal empiezan a caer las primeras gotas que anticipan la tormenta
Recesión. Esta palabra ha vuelto a ponerse de moda en la última semana ante los pobres datos económicos que han empezado a publicarse en la eurozona. El temor a una nueva recaída de la economía se ha generalizado, pero ¿hacia dónde apuntan los primeros indicadores?
Alemania, el vagón de cola
A estas alturas del año, Alemania se presenta como uno de los países de la eurozona que tendrá más complicado evitar la recesión, que técnicamente se produce cuando se encadenan dos trimestres de contracción del PIB. Entre abril y junio su economía cayó un 0,2 por ciento, por lo que otro descenso provocará ya la recesión técnica. Los datos que se han ido publicando del tercer trimestre son de todo menos positivos.
El gran motor alemán, la industria, está pasando una fase complicada: la producción del país cayó un 3 por ciento interanual en agosto. Esta cifra no sólo refleja el primer descenso desde julio, sino que, además, supone una reminiscencia de la recesión de 2012. Vuelven viejos fantasmas. Una caída del 3,1 por ciento en noviembre de ese año sirvió como anticipo de la crisis que venía.
Las encuestas de confianza, parte de los indicadores adelantados más fiables para medir el pulso económico, también apuntan hacia la recesión. Medio año antes de que su economía comenzara a contraerse, en 2012, las alertas saltaron en los sondeos. El Centro para la Investigación Económica Europea (ZEW) elabora un índice de expectativas de crecimiento pulsando el sentimiento de inversores y analistas. Este indicador tuvo un periplo en negativo entre junio y diciembre de ese año, anticipando la recesión que se avecinaba. Desde entonces había estado en tasas positivas... hasta ahora. Otro instituto prestigioso, el IFO, realiza un sondeo entre ejecutivos sobre la situación actual y las expectativas. Este indicador cayó en septiembre por debajo de 100 por primera vez desde diciembre de 2012, justo en los meses en los que se cocinaba la segunda recesión alemana. El PMI manufacturero también ha caído en septiembre por debajo de 50 (límite que separa expansión de contracción) en el que es su primer descenso en 14 meses.
¿Qué pasa con el mercado laboral de Alemania que tantos elogios recibe? La realidad es que la recuperación se ha parado en seco. En los últimos cinco meses se han apuntado 37.000 personas en las listas del desempleo, un cambio de tendencia significativo.
¿España puede ser una locomotora?
Una de las situaciones que más sorprende de la Unión Europea es ver cómo la economía española se está erigiendo como el principal foco de crecimiento de la eurozona. Los principales organismos internacionales esperan que el PIB del país avance a mayor ritmo que el de sus vecinos (con Alemania al borde de la recesión y Francia completamente estancada durante la primera mitad del año), pero ¿tiene fuerza para ser una locomotora? Los expertos coinciden en que la capacidad de arrastre de la economía española, con unos niveles de consumo e inversión congelados, es impensable. Lo que parece más posible es que Europa corte toda esperanza de que las raíces vigorosas echen flor.
El PIB español avanzó un 0,6 por ciento en el segundo trimestre y, desde entonces, la mayor parte de los indicadores adelantados del ciclo económico se han deteriorado. La demanda interna ha vuelto a terreno contractivo: las ventas minoristas acumulan hasta agosto dos meses de caída en términos interanual. Este último descenso profundizó hasta el 0,9 por ciento, niveles que no se veían en 12 meses. Este sector ha sido el principal lastre de España y estuvo en negativo entre julio de 2010 y agosto de 2013.
No es la única cifra que alerta del frenazo del PIB. Uno de los pilares de la recuperación de la economía española han sido las exportaciones, sin embargo, el deterioro de los socios comerciales del país está apagando este motor de crecimiento. En agosto las ventas al extranjero cayeron un 5,1 por ciento interanual, lo que supone el primer agosto en negativo desde el año 2009. El parón de las exportaciones se refleja en una menor intensidad de crecimiento de la producción industrial, que avanza a su menor ritmo desde octubre de 2013.
La eurozona, a medio camino
Con Alemania al borde de la recesión, las posibilidades de que el conjunto de la eurozona no caiga en la tercera V son remotas. El avance de algunos indicadores representativos se está frenando en los últimos meses y queda por ver hasta dónde llega esta debilidad. El PMI compuesto, que recoge el conjunto de la economía, lleva todo el año en terreno expansivo (por encima de 50 puntos), sin embargo, en los últimos dos meses ha retrocedido con fuerza, hasta niveles de noviembre. Además, el índice de sentimiento económico que elabora la Comisión Europea cayó en septiembre por debajo de 100 por primera vez en el año.
Pero no todo han sido noticias pesimistas, también hay indicadores que muestran síntomas de fortaleza: el empleo y el consumo. La tasa de desempleo en el conjunto de los países del euro se mantiene en el 11,5 por ciento, su nivel más bajo desde septiembre de 2012 y las ventas minoristas avanzaron un 1,9 por ciento interanual en agosto, cifras que indican el mayor ritmo de crecimiento desde abril de 2007.