El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, ha asegurado que la Comisión Europea no puede rechazar los presupuestos elaborados por su gobierno para 2015, ya que esto es competencia solo del Parlamento galo, en respuesta a la posibilidad de que Bruselas exija a París un mayor recorte del gasto público. La UE debe relajar el rigor si París hace reformas.
Sapin, en respuesta a un artículo publicado por Le Figaro, según el cual la Comisión Europea pide 8.000 millones de euros suplementarios de recorte, afirmó que "no es una información, es un titular", en una entrevista a la emisora de radio RTL.
"El único lugar donde se rechazan, se adoptan o se censuran los presupuestos son los parlamentos nacionales", indicó Sapin, reiterando su desafío a la CE después de que ayer se conociera que el Ejecutivo comunitario estaría dispuesto a rechazar los presupuestos presentados por el gobierno galo para 2015 y a exigir nuevas cuentas que cumplan mejor con las obligaciones de reducción del déficit público.
El ministro reconoció que hace falta una política presupuestaria coherente, pero insistió en que "la Comisión (Europea) no puede rechazar unos presupuestos que todavía no tiene".
El Gobierno francés tiene previsto enviar formalmente su proyecto sobre las finanzas públicas de 2015 el próximo día 15 de octubre, cuando finaliza el plazo. En el caso de que Bruselas detecte "incumplimiento grave" del Pacto de Estabilidad, deberá adoptar una decisión pidiendo a París que adapte sus proyecciones antes de fin de mes.
No habrá más recortes
El titular de Finanzas hizo hincapié en que el año próximo no aplicará ni más ahorros de los previstos en los presupuestos adoptados por el Consejo de Ministros la semana pasada (21.000 millones de euros respecto a 2014), ni nuevos impuestos.
"Francia nunca había hecho tantos ahorros en sus presupuestos", señaló, antes de apostillar: "En un momento en que empezamos a bajar los impuestos, subirlos sería incoherente".
El Ejecutivo comunitario tiene poderes para pedir cambios en los presupuestos de los Estados miembros, estos no están obligados a hacerle caso.
Francia dispondrá de un plazo de tres semanas tras recibir la amonestación de Bruselas para decidir qué hacer. En este contexto, algunos miembros de la Comisión aún esperan evitar un enfrentamiento con París si el Gobierno galo anuncia nuevas reformas económicas que puedan impulsar el crecimiento en el futuro.
De hecho, según Le Figaro, el actual presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, al igual que su sucesor, Jean-Claude Juncker, están negociando con el presidente francés, François Hollande para evitar posibles sanciones por incumplimiento los compromisos de reducción del déficit.
Según el programa plurianual de finanzas públicas de Sapin, Francia va a retrasar en dos años más, hasta 2017, el respeto de la regla de un déficit inferior al 3% del producto interior bruto (PIB).