
Este año, las comunidades autónomas y la administración central invertirán un máximo de 9.812 millones de euros, según los presupuestos de 2014. Esto supone un descenso del 55% respecto a la cantidad que dedicaron ambas administraciones antes de que comenzaran los planes de ajuste, en 2010. En aquel ejercicio, los presupuestos de autonomías y Estados sumaban más de 22.168 millones de euros.
Lo cierto es que desde que España necesitó empezar a contener el gasto público la inversión ha sido el capítulo más castigado con mucha diferencia. Este ejercicio es el séptimo consecutivo en el que sufre recortes, según los datos del Ministerio de Hacienda.
En 2008, se asignaron 10.642 millones de euros a las inversiones. En 2014, la cifra que aparece en los Presupuestos Generales del Estado para la adminstración central es tres veces menor, de 3.255 millones de euros.
Además, no sólo ha bajado el gasto presupuestado, sino que también lo ha hecho el importe efectivamente dedicado. En los siete primeros meses de este ejercicio, la administración central apenas ha dedicado 1.653 millones de euros al capítulo inversor, lo que supone un recorte del 31% respecto al mismo periodo del año 2013.
La inversión autonómica cae a la mitad
El ajuste en la inversión de las comunidades autónomas no ha sido menos brusco. En 2010, antes de que el Ministerio de Hacienda impusiera objetivos de déficit a las autonomías, éstas dedicaron 13.386 millones de euros al capítulo sexto del presupuesto. Este año, el tope será menos de la mitad, 6.557 millones de euros.
Aparte de aplicar recortes en el presupuesto, las comunidades también contienen la ejecución de esta partida. Prueba de ello es que en la primera mitad del año, se han consignado gastos por importe de 1.697 millones de euros, es decir, en medio año, apenas se ha ejecutado el 25% del presupuesto para inversiones.
A pesar de estos datos, los expertos creen que es probable que la inversión pública esté tocando suelo en este 2014 y apuestan por ligeras subidas presupuestarias en las cuentas de 2015. La mejoría de la recaudación por el inicio de la recuperación económica parece que ayudará a mitigar los recortes de gastos y, además, la cercanía de las elecciones en 2015 (locales en mayo y generales a final de año) podría elevar el importe dedicado a inversiones.