Economía

El caso escocés sacude a los inversores

  • Cuanto más piensan los inversores en la independencia, más les angustia

La repentina igualdad de las encuestas, que ahora sitúan a los bandos pro y anti-andependencia codo con codo, ha sido una sorpresa desagradable para los mercados financieros.

El 8 de septiembre, la libra cayó a su nivel más bajo en diez meses frente al dólar y en tres meses contra el euro. Las acciones de las empresas escocesas también se han venido abajo. Hasta hace poco, casi ningún inversor se había planteado la escisión de Escocia. Ahora sí lo hacen y cuanto más lo piensan, más les angustia.

La principal preocupación es si Escocia mantendrá la libra (con o sin el consentimiento del resto de Gran Bretaña), adoptará su propia moneda o se unirá al euro. La historia financiera reciente de Europa sugiere que las uniones monetarias no deben adoptarse sin unión fiscal y política, como ha señalado el economista estadounidense Paul Krugman. Los partidos conservador, laborista y liberaldemocráta descartan, todos ellos, dejar que el Estado escocés comparta la libra en esas condiciones. Los defensores de la independencia, no obstante, opinan que es un farol y aseguran que tienen una carta importante de negociación. Si Escocia independiente no puede compartir la libra, rechazaría asumir la deuda nacional británica.

Esto se añade a la incertidumbre. Si los escoceses renuncian a todo el pasivo, el índice de deuda/PIB del resto de Gran Bretaña subiría del 77 al 86 por ciento, según el banco holandés ING. Incluso si llegasen a un acuerdo, ambos lados tendrán que decidir exactamente cómo asumirá Escocia la carga. El Tesoro británico ha dicho que respalda toda la deuda nacional actual, por lo que los inversores no encontrarán sus libras de repente reemplazadas por bonos escoceses. Eso implica que Escocia adeudará su deuda, en primer lugar, a Gran Bretaña y la devolverá con el tiempo a partir de los ingresos de sus propias emisiones de deuda.

Pero eso plantea más preguntas: ¿con qué rapidez pagará Escocia sus deudas y a qué tipo de interés? La parte escocesa podría representar 100.000 millones de libras, una cantidad muy grande para que la emita de golpe un país pequeño.

BlackRock, el mayor gestor de fondos del mundo, dijo a principios de año que la "deuda probablemente alta, déficit fiscal, débil crecimiento económico, falta de infraestructuras institucionales y escasas reservas de divisas" de Escocia sugieren que abonaría un interés mayor que el Gobierno británico. Los agentes estiman 1-1,5 puntos porcentuales más al año.

¿El interés añadido se aplicará sólo a la deuda que Escocia paga a los mercados o el Gobierno británico insistirá en obtener el mismo tipo que los inversores extranjeros? Es más, si Escocia tuviese una moneda distinta de la libra, habría un desajuste entre sus ingresos y su pasivo (las libras que adeuda al Gobierno británico).

El asunto de la moneda también afecta al panorama del sistema bancario escocés. Los activos bancarios de Escocia son unas 12,5 veces el tamaño de su economía, muy por encima del tamaño relativo de los sectores bancarios de Islandia e Irlanda antes de la crisis financiera. ¿Cómo va a respaldar un Gobierno escocés independiente este pasivo sin el apoyo del Banco de Inglaterra? ¿Y cómo reaccionarían los depositantes no escoceses a la incertidumbre? Tal vez se verían tentados a retirar su dinero, por si acaso. Es lo que ocurrió en Quebec en su referendo por la independencia de 1995.

En la práctica, los bancos escoceses trasladarán sus centrales a Londres. RBS ya lo ha dicho. Las aseguradoras de Escocia podrían hacer lo mismo. Pero costaría caro: otra causa más para la incertidumbre que explica por qué las acciones de esas empresas han caído el 8 de septiembre.

Algunos temen que la escisión de Escocia aumente las probabilidades de que Gran Bretaña abandone la UE, y eso golpearía a las grandes empresas todavía más. Estos temblores podrían socavar el entusiasmo del Banco de Inglaterra a la hora de elevar los tipos de interés, una de las razones de la reciente caída de la libra. Hasta una victoria ajustada del bando del no podría levantar dudas sobre la viabilidad a largo plazo de la unión, según Dominic Bryant, del banco francés BNP Paribas.

Si los inversores no están tan dispuestos a poseer activos británicos, eso implica mayores rendimientos y precios más bajos. Y podría imponer una carga económica para todos en Gran Bretaña y no sólo en Escocia.

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