El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía muestra hasta qué punto la presidenta Susana Díaz se ha decidido a marginar a UGT de su política de subvenciones, como respuesta a los abusos en el manejo de ayudas públicas en los que ha incurrido el mencionado sindicato.
En el más reciente reparto de subvenciones (relacionadas con la cooperación internacional) que ha llevado a cabo la Junta, a principios de este verano, la central ligada al PSOE quedó completamente excluida, ya que no se previó transferirle ni un solo euro.
La exclusión se hace todavía más patente si se tiene en cuenta que la otra central mayoritaria, CCOO, sí que seguirá beneficiándose de las ayudas públicas. Las más recientes ascienden a 825.000 euros para que el sindicato asociado con IU lleve a cabo proyectos en el exterior, en países americanos como Perú o africanos como Senegal o Túnez.
A la espera de justificación
La intención de la presidenta Díaz es que UGT se vea excluida de los repartos de dinero que lleva a cabo la Junta, hasta que que no dé una justificación de los fines a los que destinó las millonarias ayudas que estuvo recibiendo durante años y que, según apuntan todos los indicios, se destinaron a financiar expedientes de regulación de empleo fraudulentos, así como cursos que no se impartían o cuyos contenidos carecían de toda utilidad.
De hecho, la decisión de la jefa del Ejecutivo andaluz afecta muy especialmente a los fondos destinados a la formación de desempleados y de trabajadores.
Es más, su propósito va más allá, hasta el punto de dotar de mayor transparencia a la concesión de ayudas de este tipo, mediante un régimen de libre concurrencia en el que los sindicatos no tengan privilegios.