El Congreso francés ha aprobado este miércoles la nueva estructura territorial que reduce de 22 a 13 el número de regiones en las que está dividido su territorio europeo, y que pretende racionalizar la estructura y hacer más sencilla la gestión administrativa.
El nuevo mapa de Francia es el resultado de una iniciativa del actual gabinete socialista de Manuel Valls, y afecta prácticamente a todo el hexágono, creando tres gigantescas regiones en el sur: a partir de la fusión de Aquitania, Poitou-Charentes y Limousin en el oeste, Midi-Pyrénées con Laguedoc-Rousillon en el centro, y Auvergne y Rhône-Alpes en el este.
En cuanto al arco norte y noroeste, las dos normandías (alta y baja) se fusionan en una sola, mientras que Nord-Pas-de-Calais y Picardía pasan a formar otra entidad, y se unen de nuevo Alsacia y Lorena a las que se suma además Champagne-Ardenne. El nuevo mapa se completa con a unión de Borgoña y Franco-Condado.
Francia, patas arriba
Esta revolucionaria reforma sólo deja intactas la división regional de Córcega, además de Provence-Alpes-Côte-d´Azur, Centre, Pays de la Loire, Bretaña y el área en torno a París: Ile-de-France.
Aprobado con 261 votos a favor, 205 en contra y 85 abstenciones, el proyecto deberá ser examinado ahora por el Senado, tal como señala el diario Les Echos.
Conforme al texto legislativo, no sólo se fijan las nuevas fronteras, sino que además se admite la posibilidad de que varias regiones limítrofes entre sí (previsiblemente, aquellas que no se han visto modificadas por la norma), puedan también fusionarse en el periodo comprendido entre 2016 y 2029.
Pese al recorte en el número de regiones, el número de consejeros en cada una de esas regiones permanecerá intacto. Tras una enmienda introducida el pasado 18 de julio, todos estos diputados regionales mantendrán su puesto y simplemente verán cómo cambia el nombre del territorio al que están adscritos.
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