
Standard & Poor's alerta de que el cambio climático será uno de los principales vectores que muevan los 'rating' soberanos. Los países más afectados se corresponden con los de la línea inferior del desarrollo.
La llegada al mundo de la inversión de uno de los grandes temas de preocupación a nivel global era sólo cuestión de tiempo. El cambio climático y, en especial, el calentamiento global, no entiende de fronteras y su avance es lento, pero contundente. El impacto en la economía que tendrá la transformación del clima de la Tierra es inminente y será profundo, hasta el punto de que llegará a transformar las economías de muchas regiones. Así lo estiman cada vez más expertos, que alertan de los inumerables riesgos a los que tendrán que enfrentarse algunos países. Un buen puñado de sectores están en peligro, lo que transformará muchas economías, hasta el punto de que el cambio climático será la segunda tendencia con mayor impacto en el riesgo soberano a nivel mundial.
"El cambio climático será una de las principales amenazas que impacte sobre la calidad crediticia de los soberanos, en la mayor parte de los casos negativamente", explica la Standard & Poor's en una nota.
S&P destaca tres vías principales de impacto del cambio climático sobre las economías de los diferentes países: el crecimiento económico, el comportamiento del sector exterior y las finanzas públicas.
"Hasta el momento no hemos revisado la calificación de un soberano como consecuencia de un evento extremo, sin embargo, teniendo en cuenta que los fenómenos climáticos extremos están aumentando tanto en frecuencia como en nivel de destrucción, debemos considerar cómo esta tendencia puede afectar a los ratings soberanos de los Estados". Para cuantificar la exposición de los países a las adversidades del calentamiento global, S&P contabiliza la proporción del PIB que procede de la agricultura, el porcentaje de la población que vive a una altitud sobre el nivel del mar de cinco metros y el Índice de Vulnerabilidad de la Universidad de Notre Damme, que valora la capacidad de los Estados para hacer frente a los desequilibrios generados por el cambio climático.
La brecha del desarrollo
Los países más vulnerables al cambio climático son también los que se sitúan en la franja inferior del desarrollo económico. Esta situación es lógica, ya que se trata de las economías más dependientes de la agricultura y, además, con menos capacidad para hacer frente a los avatares climatológicos, tanto los provocados por el calentamiento global, como los derivados de los fenómenos climatológicos devastadores que cada vez son más frecuentes. En definitiva, países en vías de desarrollo, costeros que se encuentren en latitudes inferiores a los 30 grados son los que tienen un perfil de vulnerabilidad al cambio climático más elevado. Los puntos rojos en el mapa se centran principalmente en África y Asia. Los países en una situación más delicada son: Camboya, Vietnam, Bangladesh, Senegal, Mozambique, Fiji, Filipinas, Nigeria o Papua Nueva Guinea.
Por el contrario, las economías más desarrolladas tienen los recursos para afrontar con mayores garantías el impacto del cambio climático. Además, geográficamente se sitúan en las regiones templadas del globo, principalmente de Europa y América del Norte, donde el impacto de la desertización es menor. Los puestos de menor vulnerabilidad los ocupan países como Luxemburgo, Suiza, Austria, República Checa, Eslovaquia o Hungría. España ocupa el 26 puesto en este ranking.
Es cierto que los países desarrollados tienen un grado de riesgo reducido, pero el impacto sobre sus economías puede ser muy profundo. En EEUU figuras del mundo económico y político tan relevantes como Henry Paulson, exsecretario del Tesoro del país, el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg y Tom Steyer, fundador y socio de la gestora Farallon, presentaron el martes 24 un informe con los riesgos para las empresas estadounidenses derivados del calentamiento global. Cada vez un número mayor de expertos advierte del riesgo del calentamiento global para la economía.
Los efectos del cambio climático y de la proliferación de fenómenos destructivos consumirán miles de millones de dólares de recursos públicos y privados en el país, alertan estos expertos. Sólo en la franja sur del país, el nivel más alto del mar y las tormentas y huracanes pueden tener un coste durante los próximos 15 años de 35.000 millones de dólares. Además, en algunas regiones del suroeste y sur del país, el terreno disponible para la agricultura podría reducirse un 10 por ciento en los próximos 25 años. El estudio pone de relieve el impacto significativo que tendrá el cambio climático al que no son inmunes, ni siquiera los países más desarrollados.