Economía

Putin quiere que Crimea sea un cruce entre Singapur y Las Vegas

  • Planea transformarla en centro financiero y capital europea del juego
  • Inyectará 35.000 millones de euros en la península para 'resucitarla'

Después de anexionarse uno de los pedazos más característicos del territorio de Ucrania sin disparar un sólo tiro, el presidente de Rusia ya tiene listos sus planes de futuro para Crimea. Y se pueden resumir en una corta frase: como Singapur, pero en el Mar Negro.

De momento, el flujo de capitales en la península se ha secado. Al igual que hizo con el principal canal que abastecía de casi todo el agua a la nueva república rusa, el gobierno de Kiev cortó todos los lazos de los bancos que operan en su territorio con el continente, obligándoles a cerrar sus puertas.

Mientras que la italiana UniCredit ha dejado de operar en el territorio pero está devolviendo poco a poco los depósitos a sus clientes, el mayor banco de Ucrania simplemente cerró sus puertas. PrivatBank dejó de operar sin más, y ha invitado a los que fueron sus depositantes a que se encomienden a Moscú.

La receta: Bancos, casinos, playas

Nada que no pueda resolver el todopoderoso Putin, que no es conocido por inmutarse y que de hecho planea convertir Crimea en un nuevo centro financiero mundial. En un puerto seguro para los capitales -quizá europeos- a base de una regulación sencilla y pocos impuestos.

El presidente de Rusia ya había anunciado que planea invertir hasta 48.000 millones de dólares en Crimea, una inyección descomunal en todas las escalas, puesto que representa la producción de diez años enteros de esta región, en la que apenas viven dos millones de personas.

Y aunque sus primeros paquetes se han destinado a dar bálsamo a los residentes (en forma de subidas de pensiones y sueldos públicos), pronto se destinará a una reconversión completa.

Junto a los grandes edificios de bancos transnacionales, la maqueta que Putin imagina para ciudades como Sebastopol o Yalta incluye otros elementos típicos de las zonas francas: casinos y atracciones turísticas.

Crimea se convertiría así en la república mimada. La única de las 85 que ahora forman este nuevo imperio con la etiqueta de zona económica especial. Una pujante punta de lanza comercial que Putin quiere apuntar a Europa.

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