
El presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso Rodríguez, funcionario de la Comisión Europea en excedencia, se define a sí mismo como un economista metido a político
¿Qué hace más falta en Tenerife: inversión privada o desinversión pública?
Creo que las dos cosas. El Cabildo ha sido una administración que tradicionalmente ha liderado proyectos de inversión pública para atraer inversión privada. Es el caso que ahora nos ocupa: la venta por parte del Cabildo de tres casinos. Suena extraño que una Administración pública los tenga, pero hace 40 años no existía el juego en España y el Cabildo, para dinamizar la actividad turística, mostró un nuevo producto de ocio, el juego, y lo hizo de una manera reglada. Ahora hacemos lo contrario, estamos desinvirtiendo. Pero no es sólo hacer caja, ya que la venta se vincula a un proyecto de inversión.
¿Cómo se va a realizar el concurso del Casino Playa de Las Américas?
Es un concurso administrativo, no una subasta, es decir, no estamos vendiendo al mejor postor las acciones sino que hacemos una valoración de distintos elementos. El primero desde luego es el precio de venta: 20,8 millones de euros por adquirir el 100 por cien de las acciones, para evitar problemas entre accionistas. El otro criterio importante es el proyecto de inversión turística que genere más competitividad a la Isla de Tenerife. El adquirente tendrá que respetar los empleos y destinar una parte de los beneficios -mínimo un 2 por ciento-, a Responsabilidad Social Corporativa. Ese es el paquete de venta.
Pero el adquirente no tiene por qué asumir el personal...
Eso está garantizado en el pliego. Hay una subrogación aunque, como dices, no es obligatoria y además hay un mantenimiento de las condiciones del convenio durante dos años. Sale a la venta ahora y una vez que se adjudique, el inversor tiene dos años más para realizar la inversión. Sólo cuando culmine ese proceso, se producirá la transmisión efectiva de la sociedad anónima. Vinculamos la venta a un proceso de inversión, a un nuevo proyecto turístico y así estamos generando empleo. En Canarias hay 350.000 personas sin trabajo, así que no sólo hay que proteger al que lo tiene, sino intentar dar oportunidades al que no lo tiene.
¿Qué otros proyectos de desinversión pública hay en Tenerife?
Desde hace tres años estamos en un proceso de reestructuración empresarial. Éramos una de las entidades que más empresas dependientes tenía en la administración pública local y las hemos reducido en torno a un 50 por ciento, por procesos de fusión o de venta minoritaria. Ahora, aparte de los casinos, vendemos otros dos activos: el campo Buenavista Golf y la imprenta Litografía Romero.
¿Ha afectado la prohibición del tabaco a los ingresos de los casinos?
Sí, y la crisis también. Los casinos tienen una deuda corporativa que honestamente queremos eliminar. Así no introducimos un riesgo financiero de una deuda de una actividad, que además no es principal para una Administración pública. No parece razonable.
¿De qué manera influye la Zona Especial Canaria para atraer turismo o inversión?
La ZEC es un buen sistema de atracción fiscal, tiene una baja tributación muy por debajo incluso de otros sistemas -como el belga o el irlandés-, y ahora con la notificación de un nuevo régimen de ayudas a Bruselas se conseguirá ampliar las bases imponibles -una de las limitaciones actuales- porque las grandes empresas no se beneficiaban tanto de esa rebaja de la fiscalidad. Pero siempre he pensado que la fiscalidad no es el elemento decisivo para atraer una inversión porque tributa sobre un beneficio, por tanto, tu proyecto ha de ser rentable y para que lo sea, tienes que ver las condiciones que hacen tu negocio rentable. Por eso, cuando hablamos de Why Tenerife?, nuestra plataforma de atracción de inversiones, la parte fiscal siempre la dejamos para el final. Lo importante es que ganes dinero.
¿Es importante que las autonomías realicen estas desinversiones en activos para crecer?
Nosotros hemos estado en un proceso de saneamiento importante en los últimos tres años. Mientras que el conjunto del Estado aumentaba la deuda sobre el PIB en los últimos tres años en 30 puntos, prácticamente en unos 300.000 millones de euros, nosotros la hemos reducido a la mitad y, hoy por hoy, está por debajo del 60 por ciento de los ingresos corrientes, con niveles bastante saneados. Además, el Cabildo es una Administración bastante inversora porque tenemos un gasto corriente y de personal muy bajo: el gasto de personal sobre ingresos totales no llegan al 20 por ciento. También hemos reducido nuestro presupuesto un tercio, de 900 a 600 millones de euros y a pesar de esta bajada de un tercio, seguimos teniendo ahorro bruto positivo, es decir, con capacidad de inversión, al no tener competencias que sean muy intensivas en personal, como sanidad o educación, ni tampoco nos hemos llenado de funcionarios o de personal adscrito a la Administración. Este año hemos duplicado la inversión, de 50 a 100 millones de euros, en el presupuesto del Cabildo. El reto es continuar con esa inversión, ya habiendo saneado esa situación de deuda.
Es importante que las comunidades autónomas se quiten deuda...
También el sector privado. Parte de esa lentitud en la salida de la crisis es el alto apalancamiento que hay de la economía española, tanto en el sector privado como en las Administraciones públicas. El sector privado ha ido ajustándose bastante, desapalancándose, pero el sector público no, sigue aumentando la deuda. El crecimiento del PIB en España en un 60-70 por ciento es consumo, y el consumo depende mucho de la capacidad de compra, y ésta depende del crédito. Y con unos niveles tan elevados de deuda, es difícil que el consumo pueda crecer.
¿Sigue siendo el turismo la principal fuente de ingresos?
Sí, pero ahora apostamos fuertemente por el sector TIC. Tenemos Alix, un proyecto de conectividad, y un gran data center en la Isla. Aprovechamos nuestra renta de situación -geográfica- para competir, algo que siempre ha funcionado bien en Canarias y queremos conectar África con Europa. Ahora mismo, el continente africano es un mercado emergente, va a crecer y tenemos que explotarlo.