PARIS, 2 (EUROPA PRESS)
Transportistas y agricultores franceses han tomado el relevo del sector pesquero en el conflicto iniciado hace más de quince días en protesta por el elevado precio del crudo y en toda Francia se suceden las manifestaciones y bloqueos de depósitos de carburante.
La Federación nacional de transportistas por carretera (FNTR) mantiene las movilizaciones y ha anunciado concentraciones frente a las prefecturas (delegaciones del Gobierno) en Alsacia, Auvernia, Rhône-Alpes y Bretaña. Hoy, una delegación será recibida por el secretario de Estado de Transportes, Dominique Bussereau.
En la región de los Alpes Marítimos (sureste), los camioneros alteran la circulación en la autopista A8 cerca de Niza y sus colegas de Bouches-du-Rhône se han apostado desde anoche frente a la refinería de Total en Mède, próxima a Marsella.
A ellos se han unido los taxistas que empiezan a mostrar su enfado porque calculan que la subida del precio del gasóleo les supone unos gastos del 30% y su federación amenaza ya con una nueva movilización de grandes dimensiones en el conjunto de la profesión.
De igual forma, en el oeste de Francia operaciones de bloqueo están afectando al tráfico en la autovía cercana a Rennes y Brest. Mientras, en el noroeste, 16 remolques ralentizan la circulación entre las localidades de Valognes y Cherburgo y en Alsacia unos 200 empresarios del sector se van a manifestar hoy en Estrasburgo.
Los agricultores, por su parte, siguen movilizados a pesar de haber logrado el pasado viernes 30 de mayo que se prolongue el dispositivo de devolución de tasas (TIPP) sobre el carburante profesional y bloquean varios depósitos reclamando un gasóleo "totalmente libre de impuestos".
Además, impiden el acceso a las vías férreas a la altura de la localidad de Frontignan (sur), provocando serios problemas en el tráfico ferroviario entre Nîmes y Perpiñán. Las mismas escenas se suceden en Borgoña y en los depósitos situados al sur de Dijon. Y para la próxima semana se anuncian nuevas acciones.
Mientras, después de más de dos semanas movilizados y por lo tanto sin ingresos, los pescadores se encuentran en una fase de espera y pretenden reorganizarse con el resto de sus colegas europeos para llevar sus reivindicaciones a Bruselas.