Economía

Trichet: "El euro es un escudo, imagínese lo que habría pasado a nuestras economías sin él"

La Europa de la moneda y de la política se darán cita el lunes en Fráncfort. En un antiguo teatro del siglo XVIII, banqueros, primeros ministros y presidentes rendirán homenaje al Banco Central Europeo, nacido hace diez años. En este período, los países de la zona euro han disfrutado de unos tipos de interés modestos y de una baja inflación.

El déficit ha descendido, los desequilibrios financieros han desaparecido o como mucho han sido parcialmente reabsorbidos. El comercio intraeuropeo equivale hoy a un tercio del Producto Interior Bruto de la Unión Monetaria, cuando antes de la introducción del euro era inferior al 25 por ciento. Por consiguiente, la moneda ha sido todo un éxito, aunque la economía crezca menos.

El valor del euro

En una entrevista, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, no se limitó a elogiar al euro, sino que recordó el escepticismo que imperaba en muchos ambientes hace diez años y subrayó las ventajas de la unión monetaria. También lamentó que la economía de muchos países siga siendo rígida y asfixiante. No lo dijo, pero dejó entender que el futuro del euro está actualmente en las manos de la política, sobre todo.

"Recuerdo perfectamente el escepticismo general que existía hace diez años entre muchos observadores del otro lado del Atlántico: muchos pragmáticos creían imposible el lanzamiento del euro. Alexis de Tocqueville dijo un día: "La historia es una galería de cuadros, hay muchas copias y pocos originales". Nosotros somos un original. Hemos hecho algo excepcional, arrollador. Con la fusión de las monedas de algunos de los países más ricos del mundo, creamos algo totalmente desconocido hasta entonces. En este sentido, hemos contribuido a cambiar la economía europea y la mundial".

La conversación se desarrolla en la planta 35 del rascacielos que desde hace diez años alberga la sede del BCE en el centro de la capital financiera alemana. El despacho del presidente es relativamente pequeño, casi desnudo, si no fuera por un enorme grabado antiguo que representa a la Europa luchadora en una de sus paredes. Quien lo frecuenta a diario dice que Trichet, de 65 años y presidente desde el año 2003, es un hombre amable y parco. Cuando saluda a un viejo conocido, este amante de la poesía de Saint-John Perse le guiña el ojo acompañado de una sonrisa.

Desafíos del Banco Central Europeo

¿Sabe que en algunos países, como Italia o Alemania, algunos sectores querrían volver a la moneda nacional? "Nuestro continente es muy amplio -replica Trichet- , con alta estabilidad y con excesiva frecuencia damos todo por hecho. Resulta extraño que hayamos olvidado los años 80 y 90, el montón de problemas que tuvimos con las diversas monedas. Ahora tenemos un escudo con una dimensión similar al americano para protegernos de los desafíos de la economía mundial. Desde el principio del euro hemos sufrido sobresaltos, y ahora, la actual oscilación del dólar y la impresionante corrección de las finanzas globales. Imagínense lo que hubiera sucedido a nuestras monedas nacionales sin el euro".

Trichet aprovecha la ocasión para resaltar los próximos desafíos del BCE: la gestión de la política monetaria en un momento de enormes cambios tecnológicos, el envejecimiento de la población, la división del trabajo a nivel mundial, la creciente integración económica y financiera de la zona euro.

El último en la lista de desafíos es quizá el más interesante. No puede olvidarse que en el aspecto económico, la Unión Monetaria por ahora no ha sido un éxito. Es verdad que el desempleo ha descendido, pero el crecimiento real per capita de los últimos diez años ha sido sorprendentemente más bajo que el del decenio anterior: del 1,7 por ciento frente al 1,9 por ciento.

Reformas necesarias

Según Trichet, "para disfrutar de todas las ventajas del mercado único, todos los países deben aplicar una buena política en las cuentas públicas y realizar unas
reformas estructurales.
Esto es así con el euro o sin él. Cuanto más flexible es una economía, mejor funciona. Un indicador clave es la competitividad; para poder avanzar en términos de productividad es necesario introducir reformas estructurales y el programa de Lisboa". Añade el banquero central: "El consejo directivo del BCE exhorta a todas las economías a hacer todo lo posible para aumentar la productividad, lo que permitiría a las sociedades aumentar sus ventas en la zona euro y en el extranjero y redundaría en un mayor crecimiento, un mayor empleo y una mayor prosperidad.

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