El déficit fiscal en beneficio del Estado que la Generalitat se autoatribuye tiene visos de sufrir un fuerte recorte en el cálculo oficial que Hacienda publicará en junio próximo. Un reciente estudio del Instituto de Estudios Económicos (IEE), el laboratorio de ideas de la patronal CEOE, recorta "a menos de la mitad", hasta una horquilla comprendida entre los 8.414,78 y los 7.972 millones de euros (entre el 4,35% y el 4,13% del PIB), la diferencia, contraria a Cataluña, entre lo que esa región aporta y lo que recibe del Estado.
El mencionado informe del IEE (La cuestión catalana II), presentado ayer en Barcelona, está elaborado por Ángel de la Fuente, nuevo director de Fedea y coordinador del equipo que elabora el método de estimación de las balanzas al que Hacienda se sujetará, y un conocido defensor de ese método ante las críticas que ha recibido, el catedrático Clemente Polo.
Los cálculos de la Generalitat
Tales críticas han provenido sobre todo de la Generalitat, cuyo consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, lleva tiempo echando sus propios números con datos de los años más recientes. Así, sus cálculos referentes al año 2009 dieron por resultado un perjuicio muy abultado para Cataluña: 16.400 millones, un 8,4% de su producción total.
Esa cifra, de acuerdo con el profesor Polo, "se ha convertido en el pilar central del argumento económico a favor de la independencia", el cual "ha llevado al Gobierno catalán y a los partidos que lo apoyan a calificarlo de expolio". Sin embargo, los caminos que conducen hasta tan abultada y pregonada cifra son más que cuestionables, de acuerdo con el documento del IEE.
En el mundo académico se acepta que no existe un único método para elaborar las balanzas fiscales; de hecho, hay hasta cuatro que se diferencian en la, en ocasiones, muy dispar manera de imputar las partidas. En el caso de la Generalitat, Polo tiene claro que se ha producido "una exclusión injustificada de algunos ingresos y gastos para inflar el déficit".
Así, es bien conocida la estrategia seguida por el equipo de Mas-Colell basada en minimizar el impacto que tiene en Cataluña el gasto en defensa o en diplomacia exterior que hace el Estado (ver información gráfica adjunta), con el argumento de que en esa región hay pocas bases militares y ninguna embajada de países extranjeros.
"Fraude intelectual"
Con todo, la artimaña que con más crudeza denuncia el documento del Instituto, hasta el punto de calificarla de "verdadero fraude intelectual" es lo que técnicamente se denomina "neutralización del déficit de la Administración Pública Central".
¿En qué consiste? En el año que es objeto de estudio, 2009, según los datos oficiales, que la misma Generalitat reconoce, el Estado ingresó 46.195 millones de euros procedentes de Cataluña; paralelamente, lo gastado en esa comunidad autónoma ascendió a 45.403 millones. Una simple resta revela que el ejercicio terminó con déficit pequeño: 791 millones de euros.
Ahora bien, esa última cifra se ve notablemente aumentada si es sometida a neutralización. Para ello hay que razonar así: 2009 fue un año de crisis y, por tanto, buena parte del gasto que el Estado llevó a cabo en las comunidades autónomas lo tuvo que respaldar endeudándose. Cuando llegue el momento de amortizar esa deuda, la Administración central lo hará detrayendo recursos de las comunidades autónomas. En particular, Cataluña estima que no le saldrá gratis el esfuerzo que el Estado hizo por gastar en esa región en un momento de crisis y acabará pagando más de 15.600 millones de euros por ello.
Esta última cantidad, aun cuando no ha salido efectivamente del bolsillo de nadie "ni está contabilizada como aumento de la deuda catalana", señala Polo, fue sin embargo sumada sin remilgos a los 791 millones de déficit que las cifras sí contrastadas habían arrojado. Y es entonces cuando aparecen los 16.400 millones del expolio. Es más, el informe del IEE pone de manifiesto que existen cálculos académicos de la balanza fiscal catalana relativa a 2009 que muestran cómo puede considerarse que Cataluña se benefició de un déficit de 4.015 millones de euros.
Es el resultado de aplicar la óptica denominada flujo beneficio, que va más allá de cuantificar cuánto dinero en bruto llega a un territorio, y pone el foco en el beneficio que los habitantes de un determinado territorio obtienen de una inversión, con independencia de dónde se haga.
Mas: "El Estado cuesta dinero a Cataluña"
