Pronostica que en marzo el IPC podría caer al -0,1% y no descarta que pueda generarse un proceso deflacionista, aunque no lo ve probable
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
BBVA (BBVA.MC)Research asegura que las expectativas a medio plazo de la inflación española apuntan a tasas bajas, pero positivas, si bien indica que, por motivos transitorios, el IPC de marzo podría situarse en el -0,1%, por lo que aconseja al Banco Central Europeo (BCE) que adopte medidas "más decididas" ante tasas de inflación en la zona euro "históricamente bajas".
En su último Observatorio Económico dedicado a la inflación en España y Europa, recogido por Europa Press, el Servicio de Estudios de la entidad financiera indica que la moderación de la inflación en marzo sería temporal, dado que se corresponde con el efecto base provocado por el cambio de calendario de la Semana Santa --este año se celebra en abril y no en marzo como en 2013--, lo que retrasa el repunte estacional de los precios vinculados al turismo respecto a lo observado el año pasado.
La inflación residual, añade BBVA Research, también estaría contribuyendo a los resultados de marzo, dado que los precios de la energía podrían haber seguido cayendo tanto en España como en Europa (entre medio y un punto porcentual respecto a marzo de 2013), influenciados por la presión a la baja en el precio del petróleo y la apreciación del tipo de cambio del euro.
Tras afirmar que la presión a la baja de la inflación no es un fenómeno nuevo, sino que comenzó en 2008 con el inicio de la recesión, BBVA Research apunta que los datos más recientes indican que, en el escenario más probable, la inflación se mantendrá baja en el medio plazo, aunque en terreno positivo, situándose el IPC subyacente en el entorno del 0,5% de media en el bienio 2014-2015.
RIESGO DE DEFLACIÓN.
A pesar de que éste es el escenario más probable, el Servicio de Estudios asegura, con una probabilidad cercana al 25%, que no se pueden descartar en España ajustes negativos y persistentes de los precios ante la coyuntura actual, y estima que la posibilidad de que esto suceda en el conjunto de Europa es inferior al 5%.
En concreto, indica que la evolución de la distribución del IPC corregida de variaciones estacionales y calendario muestra que España registra un 11,6% de partidas del IPC con tasas intermensuales negativas y una persistencia de entre 9 y 12 meses. En el caso de Europa, este porcentaje se reduce, según BBVA Research, a tan sólo el 2,6% de rúbricas.
Por último, destaca que casi la totalidad de la ganancia de competitividad que reflejan los diferenciales de inflación favorables a España respecto a la UE se debe al mayor aumento relativo de la productividad y, en menor medida, a una mayor moderación de los salarios que en Europa.
Para evitar que España y Europa entren en un proceso de inflación baja persistente que dificulte la corrección de algunas desequilibrios, la entidad financiera apuesta por implementar en la UE una política monetaria que asegure el anclaje de las expectativas de inflación en el objetivo del BCE, "disipando cualquier duda sobre la probabilidad de un evento de deflación".
En España, asegura que es imprescindible que continúen las reformas encaminadas a incrementar la capacidad de crecimiento y, especialmente, la productividad de las empresas, del tal manera que se mantenga el diferencial de precios frente a Europa.