Economía

La crisis de la vivienda en Reino Unido sigue su curso: despedirán a miles de trabajadores

El mercado inmobiliario por su mejor momento en Reino Unido. A principios de mes, el economista jefe del banco Halifax señalaba una caída del 20% en las ventas de propiedades del mes de marzo. Esta tendencia, sumada al descenso en el consumo de los británicos, está llevando a las empresas a una difícil situación que van a atajar con el despido de decenas de miles de trabajadores.

Según ha informado hoy Stewart Baseley, presidente de la Federación de Constructores de Viviendas británico, que agrupa al 80% de las compañías del sector, "no hay ninguna empresa en el país que no esté pensando en recortar empleos". Según Baseley, se trata de la peor caída en más de una década. "Nunca había presenciado un descenso tan rápido como este", destacó.

Restricción del crédito

Por ahora, Taylor Wimpey, la mayor constructora del país, ya ha anunciado que podría eliminar 600 puestos de trabajo, mientras que la segunda más importante, Persimmon, ha paralizado los nuevos proyectos ante la inestabilidad de los mercados crediticios. Decisiones como las de estas dos firmas podrían afectar a gran parte de las 300.000 personas que directa o indirectamente emplea la industria inmobiliaria en Reino Unido.

En palabras de Baseley, la actual "crisis es única" porque ha sido causada por la restricción en la concesión de préstamos. De hecho, el número de hipotecas concedidas se redujo a un mínimo histórico en marzo, cuando se redujo casi un 50% con respecto a las registradas en 2007, su nivel más bajo en once años.

Además del endurecimiento de las condiciones para la concesión de nuevas hipotecas, los ciudadanos británicos también están teniendo dificultades para pagar los plazos de las que ya pesan sobre sus bolsillos. En el primer trimestre de 2008, las ejecuciones hipotecarias se incrementaron un 16% frente al mismo periodo del año anterior, el peor dato desde 1991, según datos del Ministerio de Justicia de reino Unido.

Horizonte negro

Esta situación podría empeorar de llevarse a cabo los despidos que planean las compañías del sector, lo que "añadiría presión en los niveles de desempleo, amenazando el gasto de los consumidores y el crecimiento económico", indicó el presidente de la Federación de Constructores de Viviendas.

Con este panorama, el Gobierno de Gordon Brown ya se ha puesto manos a la obra en su intento por minimizar los daños. Así, la pasada semana anunció un recorte en el impuesto de la renta que afectará a 22 millones de británicos y supondrá un gasto total de 2.700 millones de libras, a las que se suman los 9 millones que destinará, en tres años, para financiar el asesoramiento legal y jurídico a los afectados por los embargos.

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