Economía

Polémica en Portugal por el anuncio del BCE de que el país necesitará más apoyo

  • Draghi señaló ayer que Portugal precisará un programa de apoyo adicional
  • El Ejecutivo luso defiende que hay opciones de cerrar el rescate sin más ayuda
  • La oposición de izquierdas ha reclamado explicaciones al Gobierno luso

Las manifestaciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en las que anunciaba que Portugal necesitará un programa de apoyo adicional cuando cierre su rescate han desatado hoy una tormenta política en el país. Irlanda presenta un plan económico a siete años tras abandonar su rescate.

Las palabras de Draghi, pronunciadas el lunes durante su intervención en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios en Bruselas, han llevado a toda la oposición de izquierdas a reclamar explicaciones al Gobierno luso, que niega que negocie con la UE cualquier tipo de ayuda.

El secretario general del Partido Socialista (PS) y líder de la oposición, António José Seguro, exhortó hoy al jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, a que pida explicaciones al Ejecutivo para "esclarecer" si se mantienen o no estas conversaciones.

"Considero que lo que está pasando es muy grave y entiendo que el propio presidente de la República debe pronunciarse sobre este asunto, obligando al primer ministro a aclarar públicamente si el Gobierno portugués negocia con las instituciones europeas", señaló a los periodistas Seguro tras participar en un encuentro con rectores universitarios.

El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, aseguró la semana pasada que el diálogo sobre el fin de la asistencia financiera no se iniciará hasta el próximo mes de enero, cinco meses antes de la fecha oficial en la que está previsto que el país deje de estar bajo la supervisión de la UE y el Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, Draghi dio ayer ya por hecho que Portugal necesitará de algún tipo de mecanismo de apoyo, aunque todavía por definir.

"Habrá un programa en ese período de transición, que deberá de estar adaptado a ese proceso y tenemos que ver qué forma tendrá", resaltó el presidente del BCE.

Las palabras de Draghi contrastan con la postura del Ejecutivo luso, que defiende todavía que existen opciones de cerrar su programa de rescate sin necesidad de más ayuda, como ya ha hecho Irlanda.

Dublín llegó a proponer en el mes de septiembre una especie de línea de crédito que funcionase como una "red de seguridad" durante su regreso a los mercados de deuda a largo plazo, aunque finalmente optó por no recurrir a ningún mecanismo.

El secretario general de los socialistas portugueses, por su parte, se preguntó si Passos Coelho "esconde" algo sobre estas negociaciones y consideró que este tipo de noticias "crean incertidumbre e inestabilidad".

Muestras de "sumisión"

Desde el Partido Comunista, lamentaron que el país dé muestras de "sumisión frente a la Comisión Europea, el BCE y el FMI", y desde el marxista Bloque de Izquierda recordaron que un nuevo programa de apoyo implicaría, en cualquier caso, "exigencias como metas presupuestarias, de déficit y de deuda".

Las críticas fueron rechazadas públicamente por una diputada del gobernante Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), Teresa Leal, quien insistió en que no existe "ninguna negociación oculta".

La polémica se produce apenas un día después de que el Gobierno luso anunciase el resultado "positivo" del décimo examen de la troika al cumplimiento del programa de ajustes acordado como contrapartida por su rescate.

El "número dos" del Ejecutivo, Paulo Portas, reiteró de hecho que el objetivo del país pasa por "terminar el programa en la fecha prevista" (junio de 2014) con el fin de que Portugal recupere cuanto antes su autonomía financiera.

Para conseguirlo, el Tesoro luso debe conseguir colocar deuda a largo plazo -con vencimiento superior a dos años- a cambio de tasas de interés sostenibles, un objetivo que analistas y expertos dudan que sea capaz de lograr.

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