Economía

El euribor debería estar cerca del 4%... ¡pero amenaza el 5%!

Cuando todo parece relajarse en los mercados, la principal referencia hipotecaria sigue sin moderarse. Las actuaciones del BCE y los problemas bancarios impiden que su ascensión se contenga. Según datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), este índice ha cerrado en lo que va de mayo en una media del 4,953%.

El pasado 6 de septiembre, muchos ciudadanos respiraron aliviados. Ese día, el Banco Central Europeo (BCE) retrasó sine die la subida de los tipos de interés que tenía previsto ejecutar. En principio, en su agenda constaba un incremento del precio oficial del dinero de la zona euro del 4 al 4,25%. Pero no lo llevó a cabo. Las primeras consecuencias de la crisis de las hipotecas de alto riesgo o basura -subprime, en inglés- le obligaron a aparcar sus planes.... para alegría de todas aquellas personas que cargan con una hipoteca variable. Confiaban en que la interrupción de la subida de los tipos oficiales cortara la ascensión del euribor a 12 meses, que constituye la principal referencia de ese tipo de préstamos hipotecarios y cuya evolución está vinculada a las decisiones del BCE.

Esas expectativas parecieron confirmarse un día después. En efecto, el euribor se frenó: lo hizo del 4,78 al 4,76%. Pero fue un espejismo. Ocho meses después, el euribor no sólo no está por debajo de aquellos niveles, sino que se encuentra en su cota más alta desde diciembre de 2000. Acumula ya doce sesiones por encima del 4,9 por ciento, con un pico en el 4,965% el pasado 29 de abril. Ayer, un día después de que el BCE mantuviera los tipos en el 4% por undécimo mes consecutivo, se moderó del 4,95 al 4,94%.

Viendo este comportamiento, las preguntas se amontonan: ¿por qué ha subido el euribor? ¿A qué se debe que esté casi un punto por encima de los tipos oficiales? ¿Cuándo podría descender?

Fuera de toda normalidad

Antes de nada, conviene tener claro que los tipos fijados por el BCE y el euribor no tienen por qué seguir caminos simétricos. Como matiza la Asociación Hipotecaria Española (AHE), "a pesar de la elevada correlación entre el tipo del BCE y los índices de referencia del mercado hipotecario, las variaciones del primero no implican, necesariamente, una variación sincrónica y de la misma magnitud en el euribor".

Esto es así porque se trata de una referencia que no fija nadie, sino que se extrae del mercado interbancario. Éste es una plataforma a la que acuden las entidades de crédito para obtener financiación. Así, cuando un banco necesita liquidez pide dinero en el interbancario, donde otra entidad se lo presta. Esta segunda, claro está, exige los correspondientes intereses. A partir de éstos, la Federación Bancaria Europea (FBE) calcula el euribor, que por tanto surge de los intereses que los bancos se pagan entre ellos. En concreto, la FBE calcula los intereses para 15 tramos de tiempo, que van desde una semana hasta 12 meses, que es el que sirve como referencia hipotecaria.

Entonces, ¿cuál es la importancia del BCE en todo este proceso? Su influencia reside en que los tipos oficiales que establece cada mes son los que sirven de referencia para los intereses que se cobran entre sí los bancos. Así, cuando el BCE sube el precio del dinero o anticipa que lo va a elevar, los intereses del interbancario ascienden, con el consiguiente repunte del euribor; y al contrario cuando la institución monetaria baja los tipos o adelanta que los va a recortar. El euribor, por tanto, incorpora las expectativas que rodean las decisiones de la entidad presidida por el francés Jean-Claude Trichet.

Dicho esto, lo que está ocurriendo en estos momentos con el euribor constituye la situación más anormal desde que este índice sustituyó al mibor en enero de 2000 como la principal referencia de las hipotecas variables en España. Ahora, la diferencia entre el euribor y los tipos asciende a 94 puntos básicos -100 equivalen a un punto porcentual-, que representa la brecha más amplia desde agosto de 2000. En aquella ocasión, la distancia superó incluso los 100 puntos básicos, pero era lógico, porque el BCE estaba en pleno proceso de subidas de los tipos.

Hoy, los parecidos con aquella situación son residuales. Como mucho, los expertos reconocen que las actuales presiones inflacionistas, que son las que impiden que el BCE reduzca el precio del dinero, deberían mantener al euribor algo por encima de los tipos. ¿Se puede cuantificar ese algo? Sí, y los resultados son muy claros. "El euribor debería estar entre el 4,2 y el 4,25%", afirma David Cano, socio de AFI. "La referencia hipotecaria tendría que moverse en torno al 4,3%", precisa Nuria García, analista macroeconómica de Ahorro Corporación. "Creemos que la prima que refleja el euribor ahora se sitúa entre 80 y 90 puntos básicos, con lo que debería moverse entre el 4,05 y el 4,15%", añade igualmente José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

Si se tiene en cuenta que cada 10 puntos básicos equivalen a un incremento de 6 euros por cada 6.000 euros, el hecho de que el euribor se encuentre, según los analistas, entre 65 y 90 puntos básicos por encima de donde debería implica que por cada 6.000 euros se están pagando entre 39 y 54 euros de más por la brecha existente.

El 'rezagado'

Si, por tanto, no se prevén repuntes de tipos, ¿de dónde viene la prima que refleja el euribor? En primer lugar, de la desconfianza generada entre los bancos. Aunque en las últimas semanas la situación se ha calmado en los mercados de crédito, aquellos en los que los bancos y las empresas emiten títulos de deuda para financiarse, esa mejoría no ha llegado aún al interbancario. "Este mercado ha sido el único que no ha reflejado la relajación de la situación en las últimas semanas", confirma Nuria García.

En efecto, desde que la Reserva Federal (Fed) estadounidense diseñó el rescate del banco Bear Stearns a mediados de marzo y aceptó canjear deuda pública por títulos hipotecarios, el panorama se ha calmado en los mercados de crédito. Así lo ha reflejado el índice Itraxx a 5 años, que mide la diferencia entre la rentabilidad que se exige a la deuda corporativa sobre la deuda pública. El 10 de marzo, esta referencia alcanzó su techo en los 6,36 puntos porcentuales o 636 puntos básicos. Dos meses después, se ha moderado hasta los 473 puntos básicos, aunque ha llegado a situarse momentáneamente por debajo de los 400.

Esa mejoría ha permitido incluso que las entidades financieras hayan vuelto a emitir títulos después de meses de inactividad. La semana pasada, distintas entidades españolas, como Bancaja o Caixa Catalunya, han constatado esa recuperación mediante la emisión de cédulas hipotecarias.

Pero el aparente mejor pulso del sistema financiero no ha llegado al interbancario. ¿El motivo? Paradójicamente, la mayor confianza que se respira en torno a la banca por el mayor conocimiento existente sobre las pérdidas provocadas por la crisis ha calado en otros apartados del mercado, pero no en el mercado de préstamos propio de las entidades, es decir, el interbancario. El caudal de dinero que circula por esta plataforma sigue siendo escaso y, por tanto, caro, de ahí que el euribor continúe bajo presión.

Lo curioso es que esta situación se debe no sólo a la desconfianza, sino también a la actuación del BCE. La entidad europea, como la Fed y otros bancos centrales, sigue inyectando liquidez a las entidades de crédito para reforzar su situación financiera. De ese modo, sustituye de forma artificial la función que corresponde al interbancario.

Esto, sumado a que los mercados de crédito se han reabierto, provoca que los bancos pierdan incentivos para acudir a su cauce habitual de financiación, para desgracia de quienes tengan su hipoteca vinculada al euribor, que no podrá frenarse mientras la normalidad no regrese al interbancario. "Existe preocupación entre algunos comentaristas de que las inyecciones extras de liquidez promovidas por el BCE puedan retrasar la recuperación del conjunto de los mercados", confirma la agencia de rating Fitch.

Teniendo en cuenta que esta firma también asegura que "ninguno de los sistemas bancarios nacionales de la zona euro depende de la liquidez del BCE para financiar sus operaciones diarias", la institución podría plantearse retirar paulatinamente la respiración asistida a los bancos para comprobar si éstos vuelven al interbancario. Sólo este retorno frenaría al euribor. Si no regresaran porque aún no se fían los unos de los otros... habría que esperar a que el BCE anticipara rebajas de los tipos, algo que, en el mejor de los casos, no pasará hasta los últimos meses de 2008.

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