El Banco Central Europeo aumentó ayer el precio oficial del dinero hasta el 3%
madrid. Y van cuatro. En la primera reunión a la que acudió el nuevo gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el Banco Central Europeo (BCE) subió ayer los tipos de interés oficiales de la zona euro por cuarta vez desde el pasado 1 de diciembre. Los elevó, al igual que en las tres ocasiones anteriores, un cuarto de punto, hasta situarlos en el 3 por ciento, el nivel más alto desde diciembre de 2002. "Esta decisión refleja los crecientes riesgos que hemos identificado sobre la estabilidad de los precios a medio plazo", explicó el presidente del BCE, el galo Jean-Claude Trichet, en su comparecencia posterior a la reunión celebrada en Fráncfort.
Próximo paso, ¿en octubre?
Para aderezar ese mensaje, el banquero francés mostró bien a las claras cuáles son la intenciones futuras del BCE. Tras afirmar una vez más que "los tipos de interés permanecen bajos" y que la política monetaria del banco sigue siendo expansiva, no dudó en asegurar que los tipos continuarán subiendo: "Si nuestras previsiones y nuestro escenario central se confirman, una retirada progresiva de acomodación monetaria -es decir, un repunte de los tipos- estará garantizada".Después de que el BCE rompiera ayer la cadencia que venía siguiendo hasta ahora, que había consistido en aumentar los intereses una vez cada tres meses, el siguiente movimiento podría producirse el 5 octubre. Sobre todo, porque antes de esa fecha los consejeros del banco sólo van a reunirse una vez, y va ser este mismo mes, en concreto, el 31 de agosto, por lo que resulta complicado que la institución encuentre argumentos que le empujen a acometer otra subida tan pronto.
El propio Trichet tampoco demostró mayores urgencias. Así, evitó emplear el concepto "fuerte vigilancia", con el que ha preparado las cuatro subidas de los tipos, y prefirió ser más moderado. "Seguiremos analizando muy de cerca todos los datos para asegurar la estabilidad de precios a medio y largo plazo", comentó.
En este sentido, confirmó que la inflación se va a mantener alta en los próximos meses. "En la segunda mitad de 2006 y en 2007, las tasas de inflación es posible que se mantengan por encima del 2 por ciento, aunque los niveles precisos dependerán en gran medida de la evolución futura de los precios energéticos". En los tres últimos meses, la inflación de la zona euro ha crecido a un ritmo interanual del 2,5 por ciento, por encima del objetivo del BCE de mantenerla por debajo pero cerca del 2 por ciento.
Entre los riesgos que se ciernen sobre los precios, Trichet destacó "el petróleo, la transición de los precios del crudo a los productos finales, presiones adicionales sobre los productos administrados y los impuestos indirectos y, más fundamentalmente, un incremento de los salarios y unos efectos de segunda ronda superiores a los previstos".
Oriente Próximo y Doha
Sobre el crecimiento de la región, Trichet se mostró optimista, pero no perdió la ocasión para mostrarse crítico. Por un lado, señaló que "las condiciones invitan a que el crecimiento de la zona euro se aproxime a su ritmo potencial". En el primer trimestre del año, la economía de la eurozona ya dio firmes muestras de recuperación, puesto que creció a una tasa interanual del 2 por ciento, la más alta desde el segundo trimestre de 2004.Sin embargo, el presidente del BCE no se contenta con esa evolución. "El crecimiento potencial debería ser más alto del que es", afirmó, y no dudó en aludir claramente a la que, a su juicio, es la mayor rémora que arrastra la economía: "Nuestro principal obstáculo sigue siendo que el crecimiento de la productividad es demasiado bajo".
En cuanto a los peligros que pueden impedir la consolidación de la recuperación, no pasó por alto algunas de las cuestiones más actuales, como el conflicto entre Israel y Líbano o el fracaso de las negociaciones comerciales en la Ronda de Doha. "Los riesgos sobre el crecimiento están ampliamente contenidos a corto plazo, aunque las recientes tensiones geopolíticas y su impacto en los mercados aportan incertidumbre. A un plazo mayor, las amenazas proceden de las subidas del petróleo, los desequilibrios globales y las presiones proteccionistas, especialmente después de la suspensión de las conversaciones en la Ronda de Doha", aseguró.