La inquietud que genera entre las empresas catalanas la subida de tono que ha ido experimentando el debate soberanista en los últimos tiempos por parte del Gobierno de Artur Mas se ha visto reflejada en una fuga de empresas que han optado por trasladar de Cataluña a Madrid su domicilio fiscal. Un informe elaborado por Axesor para la Comunidad de Madrid revela que en los últimos tres años un total de 1.060 empresas han optado por abandonar la comunidad catalana e instalarse en Madrid.
Para el consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, el éxodo se debe principalmente a la eliminación de barreras burocráticas y a una mejor fiscalidad, sin hacer referencia al debate secesionista. "La estabilidad presupuestaria, combinada con políticas de rebajas selectivas y ordenadas de impuestos crea además un clima de confianza que atrae a las empresas", añadió ayer el consejero.
Cataluña es la región española donde más empresas han decidido trasladar su domicilio social en beneficio de Madrid desde 2010, año en el que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ganó sus primeras elecciones. De hecho, del total de 4.954 empresas que han optado por ubicar su cuartel general en Madrid y abandonar su territorio durante los últimos tres años, un 21,4 por ciento eran catalanas.
Tras Cataluña, la Comunidad Valenciana es la segunda que ha experimentado más cambios de sedes sociales: 784 empresas (15,8 por ciento). Le siguen Andalucía, con 763 empresas (15,4) y Castilla La-Mancha, con 639 sociedades (12,9). En menor medida, Castilla y León (359), País Vasco (255), Islas Baleares (211) e Islas Canarias (203).
Multinacionales y grupos
El 60 por ciento de las empresas que durante estos años han cambiado su domicilio social tiene una facturación inferior a los 5 millones de euros anuales, el 9,5 por ciento cuenta con una facturación superior y del 30 por ciento se desconoce el volumen de su facturación. En el caso de Cataluña, un 25 por ciento de las empresas que han trasladado su domicilio social a Madrid tienen una facturación superior a cinco millones de euros anuales.
Entre las empresas que han abandonado Cataluña se hayan multinacionales como Arbora&Ausonia, tras pasar a manos de Procter and Gamble. La compañía de productos de gran consumo decidió cerrar la oficina de Barcelona después de que el pasado octubre sellara la compra de todo el negocio de Arbora & Ausonia en España y Portugal. La operación se realizó tras la decisión de Agrolimen de desprenderse de su participación en Arbora del 50 por ciento y supuso concentrar la actividad administrativa de la empresa (con marcas como Dodot y Evax en Madrid). Otro de los grandes grupos de capital catalán, Cobega, también optó por crecer en Madrid en detrimento de Barcelona. La familia catalana Daurella, principal embotellador de Coca-Cola en la Península, pactó en noviembre con el resto de accionistas fijar la sede del nuevo grupo (fruto de la fusión con otras embotelladoras) en Madrid. La compañía, oficialmente, ha desvinculado su decisión de cualquier escalada soberanista.
El grupo Kiluva, matriz del conglomerado al que pertenece la red de franquicias de nutrición y dietética Naturhouse y que preside Félix Revuelta, también optó por trasladar su cuartel general a Madrid.
Una de las últimas grandes que ha visto cambiar su domicilio fiscal ha sido la cadena de droguería Schlecker, tras ser adquirida por Dia. Tras más de veinte años radicada en Tarragona, Schlecker ha pasado a tener ahora su sede fiscal en la localidad madrileña de Las Rozas, en el mismo edificio en el que se ubican las oficinas centrales de Dia.
El único empresario catalán que públicamente se ha mostrado en contra de la independencia y ha amenazado con trasladar a otro punto de la geografía española la sede de su negocio ha sido José Manuel Lara. El dueño del grupo Planeta trasladaría su negocio, radicado en Barcelona, a otro punto del Estado si en un futuro Cataluña fuese independiente. De momento, el empresario no ha dado ningún paso en esa dirección.