
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha realizado una apuesta política arriesgada al asegurar que la recuperación está cerca. La reciente mejora económica es frágil e incluso si se mantiene, la gente, cansada de la austeridad, podría no obtener muchos beneficios, según apuntan analistas y fuentes a la agencia Reuters. De Guindos: "La recesión ha quedado atrás".
En las últimas semanas, el Gobierno ha tratado de desligarse del sombrío panorama que presentó en abril con la actualización de sus perspectivas económicas, y ahora centra la atención sobre las mejoras comerciales, la buena evolución de los costes laborales y la reducción del déficit.
Diferentes ministros y miembros del Partido Popular han repetido machaconamente que los peor de la crisis ha pasado, que el ajuste tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria está cerca de concluir y que las reformas estructurales pronto traerán crecimiento y empleo. Es más, algunos han asegurado que la recuperación llegará antes de lo esperado, en el tercer trimestre y no en el cuarto trimestre, tras prácticamente 5 años en recesión o cerca de ella.
La gente no verá mejorar su vida
Por ejemplo, el pasado 7 de julio, Rajoy defendió que la economía española "ha dado la vuelta al reloj de arena" y ya está "en la cuenta atrás hacia la recuperación. No podemos decir como en otros tiempos que España va bien, pero España va mejor y el rumbo marcado es el correcto".
Sin embargo, en privado, altos cargos reconocen que hay un riesgo de reacción negativa, ya que la gente puede que no vea ninguna mejora en sus condiciones de vida y no haya grandes avances en el mercado laboral en los próximos dos años, ya que hay muchos factores que pueden ralentizar la recuperación.
"El coche ha sido arreglado, el conductor está en buena forma pero nunca puedes saber lo que te vas a encontrar en el camino. Sí, hay riesgo de accidente", confesó un alto cargo del gobierno a la agencia británica. "Si esto ocurre, veremos como lo manejamos".
Y es que los españoles siguen sin estar convencidos de que hay luz al final del túnel, la metáfora usada por el gobierno actual y que recuerda a los brotes verdes del anterior ejecutivo socialista, brotes que nunca crecieron. De hecho, desde el PSOE se apunta a que Rajoy está cometiendo el mismo error que José Luis Rodríguez Zapatero, algo de lo que se arrepentirá pronto.
Una recuperación lenta
La gran mayoría de analistas, aunque insisten en que se están corrigiendo los desequilibrios de España, también aseguran que esperan que haya más dolor.
Los costes laborales han caída a niveles anteriores a la crisis, el déficit comercial se está reduciendo y la producción industrial se recupera. Sin embargo, al mismo tiempo, el desempleo crece, las ventas minoristas todavía no han tocado fondo, el déficit público sigue alto y la deuda se está disparando.
"El gran problema de la economía española es el daño masivo que ha sufrido el mercado laboral y las empresas, lo que pesará mucho sobre cualquier recuperación", explicó Santiago Sánchez Guiu, economista de la Universidad Carlos III de Madrid. "No podemos descartar una nueva caída porque estos factores pesan demasiado", añadió.
En el mejor de los casos, los analistas creen que el ajuste no se completará hasta el año que viene como pronto, cuando se espera que el país crezca moderadamente. En el peor de los casos, el desempleo volverá a subir después de la temporada turística, las exportaciones podrían sufrir por un menor crecimiento de la Eurozona y los países emergentes y cualquier vuelta de los problemas de la crisis de deuda (unión bancaria, Grecia o Portugal) golpeará duramente a España.
Además, los expertos creen que los signos provisionales de recuperación vienen gracias a los estímulos de la banca central mundial, y que de revertirse podrían devolver a España al centro de atención.
"Aunque España está mucho menos expuesta que Alemania al riesgo chino, parece que es cada vez más sensible al desarrollo de los acontecimientos en los mercados emergentes en general", dijo Gilles Moec, de Deutsche Bank. "Cualquier trastorno en los mercados emergentes tras la retirada de estímulos de la Fed se sentiría en España", dado que las exportaciones a Latinoamérica sufrirían, añadió.