
Los equipos negociadores de EEUU y la Unión Europea (UE) recibieron hoy la visita de varias asociaciones empresariales estadounidenses interesadas en el acuerdo transatlántico, mientras se avanzaba en la definición de las áreas de trabajo, concentradas esta semana en la regulación normativa.
En esta primera ronda de conversaciones, que se prolongará hasta el viernes en el Centro de Conferencias de la Casa Blanca, las discusiones se han centrado en torno a las cuestiones de normativa y regulación.
"Uno de los objetivos más importante es reducir o eliminar esos lugares en los que nos encontramos con obstáculos innecesarios por cuestiones regulatorias y trabajar en favor de la transparencia", dijo a periodistas Dan Mullaney, el jefe negociador por EEUU, durante uno de los descansos. Después de varios intentos fracasados por lanzar negociaciones similares en 1990 y a comienzos de 2000, bajo las Administraciones de Bill Clinton y George W. Bush, ambas partes insisten en que en esta ocasión el impulso es mayor. "Estamos más esperanzados. La diferencia que encuentro es que en esta ocasión vemos a más gente implicada y hay un enfoque más general y decidido", explicó a Efe David Salmonsen, director de Relaciones con el Congreso de la Federación Agraria de EEUU.
Salmonsen subrayó que ambas partes reconocen que dadas las amplias relaciones comerciales y económicas y en un contexto de creciente competencia global, es importante "reducir los costos y facilitar el intercambio comercial transatlántico". Por su parte, el negociador europeo, el español Ignacio García Bercero, destacó el "buen clima" de las primeras jornadas de trabajo. García Bercero se mantuvo cauto respecto a la posibilidad de marcar una fecha límite para las negociaciones y señaló que lo importante es la "sustancia" del acuerdo.
Asimismo, el representante de EEUU para el comercio, Michael Froman, se dejó ver hoy en el lugar de la reunión, en la misma plaza donde se encuentra la Casa Blanca, para mostrar su apoyo. En sus declaraciones de bienvenida, Mullaney y García Bercero coincidieron en calificar la posibilidad del acuerdo transatlántico como "histórico" y afirmaron la importancia de mantener una "ambiciosa" agenda.
Algunas de las áreas tratadas en estos primeros días, fueron la normativa sanitaria y fitosanitaria, el acceso a los mercados y los bienes industriales, las adquisiciones públicas de bienes y servicios, el sector automovilístico y la energía. El comercio entre ambos lados del Atlántico supone cerca de 650.000 millones de dólares al año y podría incrementarse en cerca de 120.000 millones en cinco años de aprobarse finalmente un ambicioso "Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones" (TTIP, en inglés).