Economía

Olivier Blanchard: "La macroeconomía está rota"

  • "Hemos subestimado el poder de las finanzas", dice el economista jefe del FMI
Olivier Blanchard, asesor económico del FMI. Foto: Archivo

Este hombre es un señor de la economía. Forma parte de los investigadores más notables del mundo. Ha dirigido el prestigioso departamento de economía del MIT. Ocupa actualmente el puesto más deseado de la profesión. Y, al mismo tiempo, es presa de la duda.

Las confesiones emergen al hilo de la conversación: "Habíamos subestimado el papel de las finanzas", "los economistas habían olvidado las lecciones de la historia"... Es a la vez inquietante y tranquilizador. Inquietante, porque Olivier Blanchard es el "asesor económico" del Fondo Monetario Internacional (FMI). Dicho de otro modo, el vigía de la economía mundial. También tranquilizador, porque esta duda marca el final de una ciencia de la arrogancia, en la que los economistas preferían sus modelos a la realidad.

No estamos en Washington, en la sede del FMI, sino en Toulouse, en la universidad. El profesor da una brillante conferencia en la que desmenuza la crisis, las tres velocidades y media de la economía mundial (la media, es Japón), los bucles retroactivos de los que los Estados Unidos salen tan airosos mientras que Europa se atasca en ellos. Esta crisis que los economistas del FMI no han visto venir y que echa por tierra todo un edificio intelectual construido estos últimos decenios.

Flash-back hasta finales del verano de 2008. En agosto se publica un artículo académico de Olivier Blanchard titulado "La situación de la macro". Para él, esta situación es buena. La ciencia de los grandes flujos económicos ha realizado "enormes progresos y una sustancial convergencia", recuperándose por fin de la explosión de los años 1970, cuando el aumento del paro y de la inflación había demostrado los límites del sistema construido sobre la base de las ideas de Keynes desde la última guerra. El 1 de septiembre, Olivier Blanchard es consagrado: se convierte en economic counsellor en el FMI, entonces dirigido por Dominique Strauss-Kahn. Dicho de otro modo, dirige la mayor fábrica de economistas del mundo. El 15 de septiembre, se hunde el banco Lehman Brothers. Los países desarrollados sufren la crisis económica más profunda desde los años 1930. La macroeconomía explota de nuevo.

El dinero y la tubería

Al comienzo del debate, Olivier Blanchard admite el fracaso con la boca pequeña: era sólo "excesivo" decir en 2008 que la situación de la "macro" era buena. Una nube de nostalgia pasa sobre la época en la que todo parecía resuelto... Pero el profesor sabe muy bien que se debe refundar la macroeconomía. "Los economistas habían olvidado las lecciones de la historia". Efectivamente, las trombosis financieras no son en absoluto una innovación.

Los países emergentes, especialmente en Asia, sufrieron algunas en los años 90. La quiebra del fondo neoyorquino LTCM, en 1998, se consideró marginal. Retrocediendo en el tiempo, las finanzas y sus accidentes eran muy debatidos hace medio siglo, cuando el recuerdo de los años 30 estaba presente.

Al olvidar las enseñanzas del pasado "hemos subestimado en papel de las finanzas", observa este diplomado por la universidad de Paris Dauphine. Los economistas las miraban como una simple fontanería; estaban satisfechos con tomar lo que salía de ella, tipos de interés, cotizaciones de bolsa. Era sencillo. Salvo que el dinero puede brutalmente dejar de fluir de la tubería, bloqueando toda la economía mundial.

"Economistas como Jean Tirole o Bengt Holmstrom habían mostrado la importancia de la liquidez, mientras que otros habían trabajado sobre el comportamiento de los bancos, pero estas reflexiones no habían sido integradas", observa Blanchard. Por lo tanto, urge entender mejor la fontanería, saber quién intercambia, con quién y cuáles son los riesgos que se corren. Y esta urgencia pone en tela de juicio el planteamiento del macroeconomista, el que ha desarrollado a lo largo de toda su carrera explorando temas muy variados.

Pero lo cierto es que la crisis ha hecho tambalearse muchas verdades, incluso dentro de los brillantes equipos de economistas del FMI. Sobre la política presupuestaria, esta mezcla de ciencia y arte es la que sirve desde ahora para formular las recomendaciones del Fondo.

Antes de 2008, sus expertos estimaban que los recortes presupuestarios frenaban poco el crecimiento. Su "multiplicador" era de 0,5: un reajuste presupuestario de 10.000 millones de euros suponía recortar la producción en 5.000 millones. Pero, por el contrario, los planes europeos se ha demostrado que han bloqueado el crecimiento.

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